El magistrado de la Sala de Casación Social del Tribunal Supremo de Justicia, Danilo Mojica Monsalvo, afirmó este martes que la convocatoria de la Asamblea Nacional Constituyente no es la solución a la crisis que se vive en el país. ”Nos hallamos ante una crisis de tal magnitud, que no se puede solucionar con la referida Constituyente y tampoco con medidas de represión policial, ni militar a las manifestaciones en las calles”.
Danilo Mojica Monsalvo, magistrado del TSJ
Mojica envió un mensaje al presidente Maduro en el que expone las razones por las que no está de acuerdo con la convocatoria. Asegura que debe ser consultada en referendo, y que se trata de ”una apuesta de alto riesgo, ya que está en juego la estructura del Estado y la paz social, dada la conmoción política que vive el país”.
Mojica hizo un llamado de reflexión al jefe de Estado para que evite más pérdidas humanas. ”La historia no nos perdonará, a quienes no actuemos en función del interés nacional”.
El magistrado dijo al presidente Maduro que ”es un momento de grandes decisiones y es su obligación llevar a cabo, el consenso definitivo que requiere el país para unas elecciones inmediatas y constructivas para todos”.
Comunicado
Señor NICOLÁS MADURO, Presidente Constitucional de la República Bolivariana de Venezuela, Yo, DANILO MOJICA MONSALVO, Magistrado de la Sala de Casación Social del Tribunal Supremo de Justicia, con todo el respeto y dada su alta investidura, me dirijo a Usted por esta vía, conforme a lo establecido en los artículos 57 Constitucional y del 7 del Código de Ética del Juez Venezolano y la Jueza Venezolana, publicado en la Gaceta Oficial N° 39236, de fecha 06 de agosto del año 2009; motivado por la imperiosa necesidad jurídica y moral de hacer de su conocimiento, mi posición sobre la convocatoria del proyecto de conformación y funcionamiento de la Asamblea Nacional Constituyente que ha propuesto, como contribución a las ideas debatidas actualmente sobre este punto.
Antes de comenzar, debo manifestar que la toga y el escudo de Venezuela que hoy me acompañan, en primer lugar, representan mi “divisa” que no es otra que obedecer en forma irrestricta a la Constitución; y en segundo lugar, es símbolo de justicia.
Ahora bien, es necesario puntualizar que la guardián de la legalidad, Fiscal General de la República, Dra. Luisa Ortega Díaz, al pronunciarse sobre la convocatoria de la Constituyente, en fecha 17 de mayo del año 2017, señaló que la Constitución de 1999 “fue elaborada por una Asamblea Nacional Constituyente convocada a través de un referéndum consultivo y ratificada mediante referéndum constitucional”, este es el mecanismo de democracia directa por antonomasia, mediante el cual los ciudadanos ejercen el derecho de sufragio, para decidir acerca de su acuerdo o desacuerdo de la referida Asamblea o de aprobación de una nueva Constitución; pues de lo contrario, sería una Constituyente absolutamente espuria por provenir del fruto del árbol envenenado, ésta es una metáfora legal empleada para describir aquello que se hace fuera del margen de la Constitución, ya que la misma sin la aprobación del pueblo, compromete la soberanía popular y la aniquila. Es una apuesta de alto riesgo, ya que está en juego la estructura del Estado y la paz social, dada la conmoción política que vive el país.
Como reseña histórica, cito la reflexión hecha por nuestro Libertador Simón Bolívar durante su viaje a Pasto el 14 de octubre de 1826, ante la misiva enviada por Santander, con ocasión a las reformas políticas de Colombia y ante las desavenencias que separaban radicalmente a Santander y a Páez, pues Bolívar no veía solución distinta para los problemas políticos de Colombia, que la de entregar al pueblo en un gran plebiscito, la suprema decisión sobre la supervivencia o cambio fundamental del régimen político en vigencia como lo había anunciado en Perú, así le expone: “… en una palabra, mi querido General, y no conozco más partido de salud que el de devolver al pueblo su soberanía primitiva para que rehaga su pacto social. Usted dirá que esto no es legítimo; y yo, a la verdad, no entiendo qué delito se comete en ocurrir a la fuente de las leyes para que remedie un mal que es del pueblo y que sólo el pueblo conoce…” (Indalecio Liévano Aguirre, Obra “Bolívar”, página 475, Ediciones de la Presidencia de la República, Academia Nacional de la Historia, Caracas 1988).
No obstante, debo indicar, que al igual que lo señaló la Fiscal General de la República, la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente, no es la solución a la crisis que sufre el país.
Señor Presidente, reflexiónelo bien, las tumbas de nuestra juventud circundan a Venezuela. Basta ya de pérdidas de más vidas inocentes. La historia no nos perdonará, a quienes no actuemos en función del interés nacional. Nos hallamos ante una crisis de tal magnitud, que no se puede solucionar con la referida Constituyente y tampoco con medidas de represión policial, ni militar a las manifestaciones en las calles. Es un momento de grandes decisiones y es su obligación llevar a cabo, el consenso definitivo que requiere el país para unas elecciones inmediatas y constructivas para todos.
En consecuencia, invoco en Usted un espíritu republicano y de apego constitucional, en tributo a la Patria grande que todos queremos construir.