La imaginación y las fantasías no entienden de nacionalidades, etnias ni idiomas. Independientemente de la edad de las personas, la necesidad de tener sexo va de la mano con las ganas de materializar en el acto los deseos previos. Son las fantasías sexuales aquellas que logran transportar a los seres humanos a los lugares más íntimos, sensuales y secretos de la mente.
Y si bien los hombres y las mujeres comparten muchas de estas fantasías, son ellas las protagonistas de un nuevo estudio, el cual exhibe las ilusiones que buscan concretar en la intimidad. El relevamiento lo hizo la Universidad de Montreal, en donde 1500 mujeres respondieron, a través de un cuestionario, diversos temas sexuales con la finalidad de descubrir sus gustos, preferencias y deseos.
Más del 60% de las participantes coincidió en que el sometimiento a cargo de sus parejas es el punto cúlmine que buscan saciar en la cama. El informe publicado en la revista The Journal of Sexual Medicine coincidió en que este hecho suele repetirse en la mente de millones de mujeres alrededor del mundo.
Lo que este relevamiento intentó demostrar es que las mujeres desean sumergirse en el rol sexual de sumisa y que su pareja juegue con el rol de dominante. Incluso, según los médicos y líderes del estudio Christian Joyal y Amélie Cossette, «las mujeres que tienen este tipo de fantasías también buscan el papel de dominante en la cama, por lo que los temas sadomasoquistas suelen ser tratados más como una fantasía que como una realidad en la vida sexual de las mujeres debido a los tabúes que en ocasiones existen».
Dentro de aquellas donde entra en juego la sumisión y la dominación, está la práctica del sexo anal. «El ano es una de las zonas erógenas que más carga simbólica tienen desde el punto de vista cultural y social. Para las mujeres, ‘brindarse’ al otro de esta manera puede ser indicador de sumisión, de ser ‘tomada’ por el otro como demasiado liberal o con vasta experiencia sexual», explicó a Infobae Walter Ghedin, (MN 74.794), médico psiquiatra y sexólogo. Sin embargo, según indicó el especialista, esa alternativa es cada vez más buscada.
Por otro lado -en su costado más extremo- están las prácticas como el fisting o fist-fucking, una conducta sexual que consiste en la introducción de la mano o parte del brazo en el ano/recto o en la vagina.
Sin embargo, además de la estimulación que genera la fantasía en sí misma, es importante que tanto hombres como mujeres conozcan los caminos de alcanzar el orgasmo más allá de lo tradicional. «Los argentinos consideran que la sexualidad siempre es genitalidad. Y no es así», disparó la especialista es sexualidad y sex-coach Mariela Tesler. Y es que hay múltiples posibilidades de llegar al clímax sin la necesidad de penetración. «Todo tiene que ver con la creatividad».
Si bien en general las relaciones sexuales están centradas en la penetración, el clítoris sigue siendo protagonista en la estimulación femenina. «Se interpreta que el orgasmo es por penetraciones y en las mujeres no se da en un alto porcentaje», dijo Tesler. «Alrededor del 15% prefiere la penetración a la estimulación».
Además del famoso y misterioso punto «G», los expertos hablan de otros puntos, como por ejemplo el «U» -situado entre el clítoris y la entrada de la vagina- y el «A» -en la pared anterior, entre el punto G y el cuello del útero.
«Lo cierto es que hay muchos centros de placer. Lo importante es que la mujer los descubra y no buscarlos como si fuera un mapa porque eso puede traer mucha frustración. A medida que los encuentre podrá experimentar nuevos y diferentes orgasmos», puntualizó la especialista. Los expertos también destacan el papel que puede jugar la mente y la estimulación de pensamientos excitantes durante el juego previo.
Por otra parte, las fantasías sexuales -tanto de hombres como de mujeres- varían con las diferentes parejas y con los años, pero no satisfacerlas puede jugar una mala pasada. El sexólogo Juan Carlos Kusnetzoff (MN 23.402) aseguró que «así como en la juventud lo cuantitativo domina, luego lo que impera es lo cualitativo».
En la pareja, es fundamental compartir y comunicar los gustos sexuales, indicó el experto. De lo contrario, las fantasías no cumplidas juegan un rol predominante y pueden influir en el deseo de infidelidad. Según explicó Kusnetzoff, se da en ese caso algo parecido a lo que sucede con los sueños: «o se repiten o no queda otra que soportarlos».
En 2015, la agencia de marketing Becom1, dedicada a develar las preferencias de los argentinos en el sexo y el erotismo, llegó a la conclusión de que los hombres y las mujeres argentinas, en mayor medida, tienen al trío como protagonista de todas sus fantasías.
La participación de una tercera persona es clave para ambos géneros (47% para ellos; 27% para ellas). En segundo lugar, las mujeres eligen el voyeurismo (22%) y los hombres, los disfraces (25%). Siguiendo el orden, en un menor porcentaje, ellas fantasean con tener relaciones con otras mujeres (19%) y como tercera opción, los hombres prefieren el cambio de roles. Independientemente de la edad, cerca del 70% de los argentinos revela al menos tener relaciones «una vez por semana seguro».