Habitualmente estos ánades reales se alimentan de semillas, bellotas, plantas o insectos, y raramente de algún pez. En esta ocasión su menú fueron dos pájaros indefensos.
Que un pato tenga el instinto de cazar animales es algo que no había visto hasta ahora, y menos que lo hagan con otras aves, como ha ocurrido en un embalse de un Parque Nacional al suroeste de Rumanía. Un grupo de zoólogos de la Universidad de Cambridge captaba este momento por casualidad, justo en el instante en el que los patos atacaban a dos aves migratorias, hasta matarlas, para después poder comérselas. Algo insólito que les dejaba perplejos, ya que entienden que es un nuevo comportamiento que resultaría interesante estudiar porque no han encontrado ningún registro de depredación en esta especie dentro de la literatura científica por ello, entienden que se trata de un comportamiento “muy raro” y recién aprendido.
Fue el Doctor Silviu Petrovan fue quien hizo las fotos. Vio cómo la hembra adulta agarraba con su pico a una lavandera cascadeña, un ave de unos 19 cm de largo, y la sumergía en varias ocasiones hasta ahogarla y así poder comérsela: “El pobre pájaro aterrizó en el agua y estaba gritando y tratando de navegar como podía fuera del peligro, pero no tardó en ser atacado por los patos. Al poco, un segundo pájaro, un colirrojo tizón, también aterrizó en la zona y fue atacado por los ánades más jóvenes”.
Este tipo de patos salvajes, muy comunes en parques naturales y lagos, se alimenta de semillas, bellotas, bayas o insectos. Rara vez se ha llevado a la boca pequeños peces, pero los vertebrados están fuera de su dieta, de hecho, a la familia les resultó difícil comérselos: “Al ánade le estaba costando mucho tragarse el animal, seguramente porque no podía romperlo en pedazos porque con su pico plano le resultaba difícil desgarrarlo. Además, su cuerpo no está preparado para digerir huesos y plumas”.
Los patos realmente no son agresivos y no suelen disfrutar con nuevos tipos de alimentos, pero quizá la necesidad de encontrar fuentes de proteína para crecer es lo que les ha llevado a cazar y comerse estos animales: “En California, hay ánades reales que han llegado a comerse cangrejos de arena, ya que son fuentes de proteínas con alta energía para ellos. Por lo tanto, en este caso puede haber pasado algo parecido”, apunta el doctor Petrovan.
Vía: Quo