El portugués denunció irregularidades en atletas previas a Rio de Janeiro
Horta, quien fue contratado como consultor internacional de la Autoridad Brasileña de Control de Dopaje (ABCD) antes del evento, explicó que el Ministerio de Deportes y el Comité Olímpico de Brasil (COB) dificultaron el control antidopaje y «sofocaron» la operación de combate a las irregularidades.
Las autoridades brasileñas llegaron a exigir que el nombre de los atletas que iban a ser examinados fueran revelados anticipadamente por el Ministerio de Deportes, así como la hora y el lugar donde serían realizados los testes, afirmó al diario.
El médico reveló que, después de entrenar a decenas de técnicos para realizar los exámenes antidopaje en los Juegos Olímpicos, los organizadores de Río 2016 ignoraron los esfuerzos realizados con dinero público y optaron por llamar a «desconocidos» para trabajar en el evento olímpico.
Horta, quien dejó el país poco antes de los Juegos debido a su insatisfacción, también afirmó que, con la llegada al poder del Gobierno del presidente Michel Temer, se colocaron «dificultades logísticas» para la operación contra el dopaje.
«Empezamos a sentir que cada vez era más difícil conseguir viajes para nuestros oficiales de control hiciesen los exámenes a los atletas. Teníamos problemas también para transportar nuestros materiales. Sufríamos muchos atrasos», dijo.
El doctor afirmó que «probablemente» había una estrategia por parte de las autoridades brasileñas para ganar medallas a todo coste y recalcó que la situación del dopaje en Brasil es «gravísima».
«Antes de llegar yo ya sabía que la situación era difícil, pero nunca pensé que fuese tan grave y que la estrategia de dopaje fuera tan sofisticada», aseguró.
Horta, quien fue presidente de la Comisión de Laboratorios de la Agencia Mundial Antidopaje (Wada), explicó a «O Estado de Sao Paulo» que varios atletas realizaron una especie de «delación premiada», a raíz de las cual crearon un informe completo sobre la situación que está en manos del Ministerio Público.