Sobre el diván se encuentra una persona con un casco que se ajusta perfectamente a su cabeza. A un lado, un médico lo observa mientras aprieta un botón que enciende un sofisticado aparato. De pronto, un estruendo invade el consultorio.
El paciente comienza a sentir impulsos eléctricos en su cabeza, los dedos de sus manos se mueven y su rostro sufre contracciones involuntarias.
La realidad superó la ficción, no se trata de una película, el aparato existe, es completamente funcional y, de acuerdo con sus creadores, es el avance tecnológico más novedoso para combatir la depresión.
Investigadores del Instituto de Neurociencia, Investigación y Desarrollo Emocional (INCIDE) son pioneros en el uso de esta tecnología israelí llamada Estimulación Magnética Transcraneal Profunda.
Aseguran que es efectiva contra la depresión diagnosticada y es ideal para quienes abandonan los tratamientos convencionales por falta de tiempo, efectos secundarios y resistencia a los medicamentos.
Nota tomada de Noticias24.com