El también economista dijo que expone que la existencia de una nación lleva implícita la convivencia civilizada y el respeto a las instituciones, normas y valores, lo que en este momento está en riesgo en Venezuela
El exministro de finanzas del presidente Hugo Chávez, economista Rodrigo Cabezas, considera necesario exponer con claridad la experiencia histórica de la violencia que genera muerte y sufrimiento, para así alertar al pueblo y a los dirigentes sobre las consecuencias humanas de una confrontación total en Venezuela.
Como ejemplos de conflictos políticos que se transformaron en graves enfrentamientos sociales, Cabezas recuerda que al término de la guerra civil española, en 1939, habían sido asesinados unos 200.000 habitantes y 40 mil desaparecieron; en El Salvador, la guerra interna entre 1979 y 1992, dejó un saldo de 75 mil muertos y 8 mil desaparecidos; en Guatemala, el conflicto armado entre 1980 y 1996 se tradujo en 24 mil 900 muertos y cientos de desaparecidos y, en la vecina Colombia culminó este año la guerra iniciada en 1958 con números conmovedores: 250 mil muertos, 6 millones de desplazados, violaciones, torturas.
En todos los casos, estas guerras civiles latinoamericanas finalizaron con acuerdos de paz e intentos de reconciliación, búsqueda de la verdad y compromisos por más democracia y justicia social, recalcó Cabezas, quien enfatizó que lo muy lamentable, es que la firma de esos acuerdos se hizo después de cientos de miles de cadáveres, violación de derechos humanos, sufrimiento de inocentes, todo protagonizado por las armas, el odio y la venganza; la consecuencia final siempre fue la economía de esos países destruida y la población en pobreza extrema.
Rodrigo Cabezas expone que la existencia de una nación lleva implícita la convivencia civilizada y el respeto a las instituciones, normas y valores, lo que en este momento está en riesgo en Venezuela. “Las trompetas y tambores de la confrontación violenta suenan cerca”, dice Cabezas, para continuar “la crisis política y económica amenaza con desbordar la polarización política normal, para convertirla en un enfrentamiento a muerte entre sus hijos e hijas de Venezuela, unos para preservar el poder, otros para tomarlo”. Ya el saldo ha comenzado a contabilizarse en muertes, heridos, quemados, incendios de instituciones, atrocidades, amenazas, persecuciones y discriminaciones, y ante ello advierte: “Es el comienzo de lo que debemos parar ahora, no esperar acuerdos de paz luego de la desolación de la guerra y, mucho menos, la intervención o injerencia de poderes o intereses extranjeros”.
Cabezas reflexiona que es momento de darle una oportunidad a la paz, pues el Presidente Nicolás Maduro hace llamados a la paz y el liderazgo opositor también la tiene en su discurso, además que “el alma profunda venezolana rechaza la violencia, nosotros por formación religiosa y tradición somos solidarios y generosos”.
“Le corresponde al liderazgo de la sociedad imponer el dialogo y el acuerdo, hay que derrotar el odio, el rencor, la intolerancia y la amenaza, todo lo que atente contra la convivencia democrática, civilizada y pacífica de la nación”, señala Cabezas y advierte: “Hay que evitar el riesgo de que el actual conflicto se escape de las manos del liderazgo político de una u otra opción y tengamos en los próximos días una gravísima escalada de más violencia y muerte; las ocurridas ya son una tragedia como sociedad y ausencias irreparables para sus familiares, ya no más”.
Cabezas señala que no es un iluso, que es apremiante ganar la paz de la nación, y para ello indica que se respeten los poderes legítimos emanados de la voluntad sagrada del pueblo, que son el Presidente de la República y la Asamblea Nacional, ellos deben ponerse de acuerdo en una salida civilizada, democrática, responsable e histórica al actual conflicto.
La muerte que trae la guerra hiere profundo a las comunidades humanas, pero al contrario: con la paz es posible construir una gran nación, la nuestra, Venezuela, concluyó Rodrigo Cabezas. Cortesía FR