Atifa Ljajic soñó toda la vida con ser madre. Pero algo se lo impedía. Su voluntad, a prueba de todo, no le permitía rendirse. Y continuaba en su afán por concretar sus deseos, pese a todas las advertencias médicas. Para ello contaba con su esposo, Serif Nokic, quien siempre la alentó.
El matrimonio de Novi Pazar, Serbia, finalmente -tras 20 años intentándolo- tuvo la gran noticia. Atifa sería madre a los 60. Fue mediante una fertilización in vitro. Los cuidados fueron constantes y los riesgos, también. Debió permanecer en reposo desde el 31 de marzo hasta el pasado 20 de junio, cuando su pequeña, Alina, nació.
«Después del quinto intento, pude quedar embarazada y tener un bebé. Sabía que sería un gran riesgo por mi edad, pero mi único deseo en la vida era tener un hijo«, contó Atifa. Pero lo que debía ser el inicio de una familia, resultó ser un mal trago para la mujer, quien de un día para otro vio cómo sus planes se derrumbaban. Serif, con 68 años, se rindió y la abandonó.
Su razón es insólita: dice que está muy viejo para criar a un bebé y que por eso sería mejor que dejara el hogar que mantuvo con su esposa durante décadas. «Más allá de todo, soy un hombre enfermo. Tengo 68 años, soy diabético y tengo un corazón débil. No es fácil dormir de noche y escuchar el llanto de un bebé«, se excusó Serif.
Sin embargo, pese al golpe, Atifa no se detiene. «Pase lo que pase, si Serif se va o se queda, lucharé para criar a Alina de la mejor manera que pueda y guiarla en el camino correcto. Solo la amaré a ella«, dijo la mujer. Y agregó: «Sé que no será fácil, pero aún creo que hay buenas personas que querrán ayudarme«.