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lunes, noviembre 18, 2024

Descubra si usted puede estar padeciendo de la enfermedad del beso

La mononucleosis o enfermedad del beso, infecciosa es una enfermedad aguda exclusiva del ser humano, que afecta principalmente al sistema linfocitario. Es producida por el virus de Epstein-Barr (VEB). Afecta a personas jóvenes y origina un síndrome clínico en el que destaca fiebre, linfadenopatias y faringitis.

Es una enfermedad de difusión universal, aunque suele afectar más a jóvenes de ambos sexos entre los 15 y 25 años. En países en desarrollo y en clases sociales pobres afecta predominantemente a niños; pasa inadvertida la mayoría de las veces. Sufrirla proporciona inmunidad y es rara después de los 40 años.

La incidencia es aproximadamente de 50/100.000 en la población en general y 5.000/100.000 en los estudiantes.

El hombre es la única fuente de infección; se transmite principalmente por la saliva (beso en la boca), a partir de portadores asintomáticos que eliminan el virus intermitentemente.

Se la conoce como la enfermedad del beso. Se dan casos secundarios entre familias, compañeros de habitación, etc., por transmisión sin contactos íntimos. Otra forma de transmisión es por medio de la transfusión sanguínea, aunque ésta suele deberse a la infección por CMV (citomegalovirus) y no por el VEB.

El VEB pertenece al grupo de los Herpesvirus. Se aisló por primera vez (1964) en los linfocitos de un linfoma de Burkitt y fue descrito por Epstein, Achong y Barr. Después de que se observaron anticuerpos por VEB en un paciente con mononucleosis infecciosa, los estudios serológicos a gran escala confirmaron al VEB como agente etiológico de esta enfermedad.

Al infectarse una persona por el VEB, éste se adhiere a los linfocitos B y penetra en ellos. El antigeno nuclear del VEB se incorpora al núcleo de estas células y adquieren la propiedad de perpetuarse o propagarse indefinidamente.

La estimulación de los linfocitos B se produce de forma policlonal y aparecen inmunoglobulinas no relacionadas con el VEB; esto da lugar a anticuerpos heterófilos, predominantemente IgM.

En un número reducido de linfocitos B, la replicación del virus genera antigenos antes de que se produzca la lisis celular; estos antígenos y sus anticuerpos son de dos tipos: el VCA (viral capside antigen) y los EA (early antigen). Los primeros inducen precozmente anticuerpos IgM (persisten unas semanas) e IgG (persisten toda la vida); los segundos pueden ser difusos (EAD) o restringidos al citoplasma (EAR). El EAD está relacionado con la gravedad de la infección; se presenta en el carcinoma nasofaringeo; los anticuerpos frente al EAR se presentan elevados en el linfoma de Burkitt.

Además de la producción de anticuerpos existe una respuesta inmunológica celular a cargo de los linfocitos T citotóxicos-supresores, destinada a controlar la proliferación de linfocitos B. Los linfocitos T supresores responden a los nuevos antigenos representados por las células infectadas, proliferan y se transforman en células blásticas; los linfocitos T atípicos son responsables de la hiperplasia del tejido linfoide en sus diversas localizaciones.

Tras un periodo de incubación entre 30 y 50 días aparecen síntomas inespecíficos (cefalea, astenia, fiebre) durante pocos días, para establecerse posteriormente la tríada característica de la enfermedad: fiebre, inflamación faringoamigdalina y adenopatías.

La fiebre aparece en el 98% de los casos, suele ser alta (39º-40º) y de predominio vespertino. Su duración es de 8 a 10 días).

La inflamación faringoamigdalina se presenta en el 85% de los casos. La faringitis suele ser difusa; aparece exudado purulento en el 50% de los casos. Hacia el final de la primera semana puede aparecer un enantema petequial en el paladar (importante valor diagnóstico).

Las adenopatías, prácticamente siempre presentes, se localizan en regiones cervicales laterales, posteriores y retroauriculares; en ocasiones se extienden al resto de las regiones ganglionares, son moderadamente dolorosas a la palpación y tardan entre 3 y 4 semanas en desaparecer.

Otros signos característicos de la enfermedad son: fatiga, esplenomegalia moderada, hepatomegalia, edema palpebral y exantema.El 80% de los enfermos de Mononucleosis infecciosa a los que se administra ampicilina presentan exantema máculo-papuloso.

Seleccionado por: Julio C. Alcubilla B./Fuente: José Antonio Cuenca Campillo – espacioblog.com/joseacuenca/Noticias24.com

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