La frecuencia con la que ingresamos en la ducha varía de cultura en cultura, de país en país. Hay algunos que evitan el agua por las bajas temperaturas de sus países, y otros que lo hacen hasta dos o tres veces al día; en muchas ocasiones, bañarse frecuentemente tiene más que ver con una especie de regla social que por necesidad real.
De acuerdo con el Dr. C. Brandon Mitchell, profesor asistente de dermatología de la Universidad George Washington, con una o dos veces a la semana es suficiente.
Por supuesto, esto variará dependiendo del estilo de vida de cada quien. Las personas que se ejercitan constantemente puede que quieran bañarse reiteradas veces a la semana, o al día, para evitar malos olores generados por el sudor.
“Mejor concentrarse en axilas, trasero e ingles, que son las zonas que producen las secreciones más olorosas. El resto del cuerpo no necesita tanto jabón”.
Pasar demasiado tiempo a la semana bajo el agua, sobre todo caliente, puede tener consecuencias como piel seca e infecciones de la piel. ¡No te sientas culpable por bañarte esporádicamente!
Nota tomada de Globovision.com