Un prototipo del biplaza BMW Z4 muestra dos parrillas estrechas con forma de riñon y focos algo torcidos que suben hacia líneas acuñadas a los lados
BMW AG está añadiendo toques de estilo a su característico descapotable, en lo que forma parte de una modernización más amplia de diseño destinada a recuperar vitalidad y golpear a Mercedes-Benz.
Se prevé que la venta del convertible deportivo comience a fines de 2018 después de un paréntesis de dos años de la versión anterior. El convertible es un componente clave del cambio de la automotriz de Munich a “modo de combate” después de que por primera vez en más de una década Mercedes superara el año pasado a BMW en ventas y tomara la delantera mundial en el segmento de autos de lujo.
El prototipo del biplaza BMW Z4, presentado el jueves en el Pebble Beach Concours d’Elegance cerca de San Francisco, muestra dos parrillas estrechas con forma de riñon y focos algo torcidos que suben rápidamente hacia líneas acuñadas a los lados y una frente tipo nariz de tiburón, indicó la agencia Bloomberg.
Su máximo ejecutivo Harald Krueger, quien asumió el cargo en el 2015, busca modernizar la gama del fabricante con 40 vehículos nuevos o renovados en los próximos dos años, en lo que BMW describe como la mayor ofensiva de modelos de su historia.
Recargar el Z4 muestra el deseo de BMW de restablecer sus credenciales deportivas tras una serie de modelos utilitarios como la minivan Gran Tourer y actualizaciones cautelosas de pilares como los sedanes de la Serie 7 y Serie 5.
Desafiará al Mercedes SLC y será flanqueado por el nuevo bizaplaza de lujo Serie 8 de BMW, los que se disputarán a los conductores de élite a manos de símiles como el GranTurismo de Maserati, el 911 de Porsche y el AMG GT de Mercedes.
La automotriz también pretende volver a ingresar el próximo año a la carrera de Le Mans en la clase GT para desafiar a Porsche, justo en momentos en que Audi abandonará la famosa carrera de resistencia de 24 horas.
El sello deportivo es crucial para que BMW atraiga consumidores adinerados después de que Mercedes realizara una actualización del diseño que fue bien acogida y que marcas desde Alfa Romeo hasta Volvo comenzaran a apuntar a esa a clientela con agresivos planes de crecimiento.
El fabricante alemán también está subiendo más de categoría para mantener la rentabilidad en medio de la presión financiera que implica desarrollar vehículos eléctricos autónomos, cuya inversión inicial demorará años en recuperarse.
Si bien el Z4 apuntalará la imagen de BMW, las ventas serán pequeñas dada la menor demanda de vehículos descapotables. Las entregas podrían alcazar un máximo de 22.150 en el 2020, según la firma de proyecciones IHS Automotive. Eso se compara con un máximo anual de unos 48.600 para el modelo de la primera generación del auto y con un total de 2.4 millones de entregas para el grupo BMW el año pasado.
Los convertibles, que alguna vez fueran la máxima expresión de un estilo de vida despreocupado, están perdiendo popularidad a medida que la contaminación y la congestión estropean el atractivo de conducir al aire libre.
En cambio, los compradores optan cada vez más por una creciente gama de vehículos utilitarios deportivos de lujo, los que van desde modelos deportivos coupe hasta opulentos cruisers de tamaño estándar.
Para ahorrar costos, BMW desarrolló los principales componentes y el chasis del Z4 en conjunto con Toyota Motor Corp. como parte de una alianza del 2013. El fabricante japonés planea presentar su versión, el Toyota Supra, en la Feria de Autos de Tokio en octubre, como parte de su propio proyecto para deshacerse de su imagen utilitaria.
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