Millones de niños alrededor del mundo sufren las consecuencias de no ingerir la dosis necesaria de Vitamina A, produciéndoles ceguera y haciéndolos más susceptibles a infecciones que les pueden causar la muerte. Pero, ¿qué pasaría si existiese un alimento común que pudiese ser transformado en una fuente nutricional, salvando a millones de niños?
Uno de los problemas humanitarios más grandes tiene una simple causa y según investigadores, una simple solución.
Alrededor del mundo, 250 millones de niños tienen deficiencias de vitamina A, entre ellos, un tercio de la población de niños menores de 5 años. Esta simple deficiencia mata o enceguese a millones de mujeres y niños cada año. En países como los Estados Unidos, donde verduras como las zanahorias no son ni caras ni escasas, es difícil comprender cómo la falta de ésta vitamina puede tener consecuencias tan peligrosas.
Los niños que no ingieren la dosis necesaria de vitamina A, se encuentran expuestos a un alto riesgo de padecer xeropthtalmia, la causa más común de ceguera que se puede prevenir en niños. Adicionalmente, la insuficiencia de vitamina A puede hacer que los niños sean más vulnerables a contraer infecciones y morir por causa de ellas una vez que las contraen.
El año 1992, un grupo de investigadores del hospital John Hopkins calculó que si se aumenta el nivel de ingesta de vitamina A, sin intervenir ningún otro factor nutricional, se podría prevenir de 1,3 a 2,5 millones de muertes de infantes cada año. Dicha suma, es más que la cantidad de niños que mueren anualmente por tétano y tos combinados.
Si bien actualmente existen programas que buscan distribuir suplementos de esta vitamina, éstos son caros, complejos y difíciles de mantener en el tiempo. Por otro lado, muchas veces estos programas no logran cambiar la realidad de quienes viven en lugares rurales y remotos, ni a aquellas familias más vulnerables.
Si existiese un alimento que la población ingiere comúnmente que pudiese ser transformado en una fuente nutricional, podría salvar la vista y vida de millones de niños y madres alrededor del mundo. Estamos hablando de la posibilidad de que cada vez que un granjero coseche sus plantaciones, éste obtenga un alimento que tenga el impacto de una medicina capaz de salvar millones de vidas.
Este alimento de hecho existe y se llama Golden Rice o “Arroz de Oro”.
Entonces, ¿por qué ha sido recibido con tanta oposición?
¿Qué es el arroz de oro?
Desde los inicios, el arroz de oro ha sido concebido como un proyecto que podría mejorar significativamente la salud del mundo, pese a haber sonado bastante futurista años atrás, cuando fue planteado como una posible alternativa al problema.
Según Amy Harmon del New York Times, “La fundación Rockefeller y la Unión Europea invirtieron fondos en la investigación y desarrollo de producción de arroz capaz de producir betacaroteno. Este arroz tendría gran impacto en los población más pobre del planeta”. El betacaroteno es el pigmento que hace que las zanahorias y el zapallo tengan color naranjo, y este, una vez ingerido, se transforma en vitamina A.
Después de una década de trabajo e investigación que culminó el año 1999, Harmon escribió que “Dos científicos académicos, Ingo Potrykus y Peter Beyer, lograron iniciar la producción de betacaroteno al añadir ADN y bacteria de daffodil, al genoma del arroz”. Luego de un tiempo, los científicos reemplazaron el ADN de daffodil por ADN de maíz, incrementando en gran cantidad la cantidad de betacaroteno presente en este arroz especial, el cual tomó un color amarillento parecido al de un mango maduro.
“En un principio, este proyecto nos parecía una locura” declaró Potrykus en una entrevista con New Scientist, explicando posteriormente que no contaban con la tecnología suficiente la primera vez que intentaron el experimento. “Fue una gran sorpresa el hecho de que haya funcionado”.
Muchos grupos medioambientalistas alzaron inmediatamente la voz acerca de sus preocupaciones con respecto al arroz de oro y los alimentos modificados genéticamente en general, mientras que el consenso de los científicos con respecto a los alimentos transgénicos es que éstos son tan saludables como cualquier otro alimento. Neth Daño, investigador de políticas relacionadas con la agricultura, comentó al NPR que existen personas que ven el arroz de oro como una campaña de relaciones públicas a favor de los alimentos modificados genéticamente y la biotecnología, más que como una de las soluciones más pragmáticas.
De todas formas, la Fundación Gates y otros contribuidores ven el arroz de oro como una herramienta con mucho potencial que podría combatir el problema de la deficiencia de vitamina A, por lo que – a pesar de las protestas y manifestaciones en su contra – el proyecto ha seguido adelante.
Incluso después de que los científicos crearan el concepto de prueba del arroz de oro, se hacía necesaria una investigación adicional y muchas mejoras al prototipo. Se necesitaba que este arroz rico en betacaroteno, fuese posible de cultivar en la forma tradicional y que la fórmula fuera aplicable a distintas variedades de arroz, un proceso bastante complicado y extenso. Por otro lado, quienes promovían el proyecto, debían probar que a pesar de tratarse de la utilización de tecnología desconocida para muchos, el arroz sería tan confiable como los suplementos existentes para cubrir la deficiencia de esta vitamina.
Finalmente, un estudio realizado el año 2009 demostró que el arroz de oro resultó efectivamente ser una fuente completa de vitamina A, y estudios posteriores comprobaron que la vitamina era tan buena como el betacaroteno, e incluso mejor que la espinaca como fuente de vitamina A para los niños.
Incluso, degustadores profesionales han afirmado que este arroz de alta tecnología tiene el mismo sabor que el arroz tradicional.
Hoy en día, existen cinco campos de prueba en las Filipinas, probando principalmente la factibilidad del arroz de tener las características necesarias como para hacerlo atractivo para los productores locales. Los investigadores harán también pruebas adicionales de seguridad y eficacia antes de la aprobación final del arroz de oro, lo cual se espera que suceda tan pronto como el año 2016.
¿Por qué arroz?
El arroz es un alimento muy importante para la mitad de la población del mundo, y en países como Vietnam y Bangladesh, provee dos tercios de las calorías totales consumidas. A nivel mundial, un quinto de las calorías consumidas por la humanidad provienen del arroz.
En muchos países donde el arroz es un alimento fundamental, existen deficiencias de vitamina A y sus riesgos asociados son endémicos.
Mapa que muestra la deficiencia de Vitamina A por país. Los países en rojo están en estado crítico y los verdes bajo control.
El arroz blanco es una fuente relativamente robusta de energía, sin embargo, contiene pocos nutrientes. Si bien las semillas del arroz blanco no contienen vitamina A, un sólo recipiente de ‘arroz de oro’ es capaz de entregar hasta el 60% de las necesidades diarias de vitamina A de los niños.
“Muchos niños son alimentados con alimentos preparados en base a arroz” explica Gary Toenninssen, un microbiólogo de la Fundación Rockefeller a NPR. “Y si estos niños no obtienen betacaroteno o vitamina A durante su crecimiento, puede ser perjudicial para el resto de sus vidas”.
Si bien los programas de suplementos alimenticios son muy necesarios y de gran ayuda, éstos no son suficientes y debido a problemas de irregularidades de financiamiento y problemas logísticos, pueden resultar en ser una fuente inconsistente de vitamina A.
Una vez que el arroz de oro sea lanzado a nivel mundial, será una fuente nutricional muy eficiente en costos, según el agricultor y economista Alexander Stein. A pesar de malentendidos generalizados, nadie se enriquecerá una vez que los granjeros comiencen a plantar arroz de oro. De hecho, el proyecto representará un enfoque muy distinto, más bien cercano a la filosofía de “enséñale al hombre a pescar”.
“Este arroz puede ser sembrado por los campesinos utilizando semillas de su propia cosecha, lo cual permitiría proveer betacaroteno ilimitadamente”. Antonio A. Alfonso,líder del proyecto en el Centro de Investigación de las Filipinas, cree que “En resumen, el déficit de vitamina A, afecta a millones de niños y personas, haciéndolos susceptibles a la ceguera y a infecciones comunes. El arroz de oro, si finalmente se lleva a cabo, podría ayudar a solucionar el problema”.
Dr. Antonio Alonso cosechando ‘arroz de oro’ en Filipinas.
Patrick Moore, Ph.D, miembro de Greenpeace y fiel creyente en el proyecto es incluso más empático:”Llega un momento en el que es necesario tener fe”, comentó en una entrevista telefónica. “El riesgo de no seguir adelante con el proyecto implicaría continuar con la situación actual, en la que más de dos millones de personas mueren anualmente”.
“Si el arroz de oro fuera una medicina que curase una enfermedad como la malaria, el proyecto hubiese sido aprobado hace mucho tiempo”.
Vía: Acción Preferente