El 1 de septiembre de 1939, la invasión de la Alemania nazi sobre Polonia dio inicio a la Segunda Guerra Mundial.
Francia respondió de forma inmediata y se opuso a las intenciones imperialistas de Adolfo Hitler. En pocos meses, los bandos estaban totalmente definidos. Por un lado, aparecían los llamados Aliados liderados por Francia y Reino Unido, quienes opusieron resistencia a las Potencias del Eje, donde figuraban Alemania, el Imperio japonés e Italia.
Europa se sumió en un ambiente de destrucción con el avance arrasador de los soldados alemanes, quienes lograron ampliar su influencia en Europa Continental durante los primeros dos años del conflicto. Francia cayó en poco tiempo, por lo que las esperanzas de victoria quedaron depositadas sobre la resistencia de los británicos. Cabe recordar que Estados Unidos y la Unión Soviética entraron en la guerra hasta ya avanzado el conflicto.
A partir de 1943, la aviación alemana y las campañas en tierra de las Potencias del Eje sufrieron varios reveses. Entre los episodios más emblemáticos, se recuerda la Batalla de Stalingrado, donde los soviéticos hicieron gala de su gran resistencia y convicción militar. Asimismo, las caídas en Europa del Este, la invasión aliada a la Italia fascista y las victorias de Estados Unidos en el Pacífico, terminaron por forzar la capitulación de Alemania.
La Segunda Guerra Mundial llegaría a su fin tras la captura de Berlín por las tropas soviéticas y la posterior rendición el 8 de mayo de 1945. Japón también abandonaría las armas el 15 de agosto del mismo año, después de los lamentables hechos de Hiroshima y Nagasaki, las dos primeras ciudades en sufrir un bombardeo nuclear.
Consecuencias de la Segunda Guerra Mundial
Uno de los símbolos más atroces de la guerra fueron los campos de concentración alemanes. Los registros señalan que llegaron a construir 58 instalaciones de este tipo, donde perdieron la vida más de seis millones de personas. La mayoría de los muertos fueron judíos, quienes perecieron por enfermedad, falta de alimentación, fusilamiento o asfixia en las cámaras de gas.
Entre las batallas más recordadas de la Segunda Guerra Mundial se encuentran el ataque a Pearl Harbour, que derivó en la muerte de dos mil 402 soldados estadounidenses y 64 japoneses. Otro momento cumbre fue el desembarco en Normandía, también conocido como el Día D, donde murieron 39 mil combatientes. Finalmente, está la batalla de Stalingrado, que se cobró dos millones de víctimas.
El conflicto también es recordado por la apertura de la carrera armamentística nuclear. Cabe recordar que Estados Unidos puso fin a la resistencia japonesa tras los primeros lanzamientos de bombas atómicas sobre las ciudades de Hiroshima y Nagasaki. El saldo de estos ataques, apenas separados por un par de días, fue de 250 mil personas muertas.
La capitulación de Alemania se produjo después de la entrada triunfal del Ejército Rojo en Berlín. Aunque se presume como un día de celebración, lo cierto es que la invasión soviética estuvo manchada de sangre. Los historiadores aseguran que la toma de la capital alemana dejó al menos 181 mil fallecidos.
Al término de la Segunda Guerra Mundial, el saldo de personas muertas ascendió a 72 millones 600 mil personas, lo que representaba el 3.75 por ciento de la población mundial en aquellos años. De esta manera, se instala como el conflicto armado más mortífero hasta la fecha, una guerra que dejó Europa en ruinas.
Vía: VTV