El Papa Francisco partió este miércoles desde Italia en dirección a Colombia, pero el avión en el que viaja se vio obligado a cambiar de ruta debido al huracán Irma, que avanza por el norte del Caribe.
La aeronave de Alitalia debía volar
inicialmente sobre Puerto Rico, pero en lugar de ello viró hacia el sur para cruzar las islas de Barbados, Granada y Trinidad, dijo un funcionario del Vaticano.
Las últimas proyecciones indican que Irma, uno de los huracanes más poderosos en un siglo en el Atlántico, impactará Puerto Rico más tarde el miércoles.
Francisco, que realiza su vigésimo viaje como pontífice y el quinto a Latinoamérica, pasará cinco días en Colombia para alentar el proceso de paz que puso fin a un enfrentamiento de más de medio siglo con la guerrilla izquierdista.
Heridas de Colombia
El sumo pontífice viajó a Colombia este miércoles para intentar ayudar a cerrar las heridas abiertas por el conflicto más largo de Latinoamérica, impulsado por un nuevo alto al fuego firmado con un grupo rebelde, pero perfectamente consciente de la fragilidad del proceso de paz en el país.
Durante su profundamente simbólica visita de cinco días que arranca el miércoles, se espera que el pontífice presione a los líderes colombianos para que aborden las disparidades sociales y económicas que alimentaron cinco décadas de rebelión armada, al tiempo que alentará al pueblo colombiano a equilibrar su necesidad de justicia con perdón.
En un mensaje en video difundido en la víspera de su partida, el papa argentino pidió a todos los colombianos que den un “primer paso” y salgan al encuentro del otro por el bien de la paz y el futuro.
«La paz es la que Colombia busca desde hace mucho tiempo y trabaja para conseguirla», dijo. «Una paz estable, duradera, para vernos y tratarnos como hermanos, nunca como enemigos”.
Sociedad dividida
A un año de que el gobierno de Bogotá rubricó un acuerdo de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC, la nación sudamericana sigue amargamente dividida por los términos del pacto, aunque los guerrilleros depusieron las armas y comenzaron a regresar a la vida civil. Incluso la jerarquía de la iglesia católica, que fue clave para facilitar las conversaciones de paz y ahora encabeza el proceso de reconciliación, está dividida por lo que muchos colombianos consideran que son unos términos demasiado generosos para unos rebeldes responsables de atrocidades.
El expresidente Álvaro Uribe, un férreo opositor del acuerdo, escribió una carta al papa el martes expresando su preocupación por que el pacto impulsó un aumento en el tráfico de drogas y creó una incertidumbre económica que podría destruir el tejido social de Colombia.
«Su Santidad, todos queremos la paz , pero la tenemos que construir con legalidad, con determinación para precaver y sancionar la violencia que siembra desesperanza y nos aleja de la palabra de Dios”, escribió Uribe en la misiva que se filtró a la prensa local.
El avión del papa Francisco partió de Roma el miércoles en la mañana en dirección a Colombia y tuvo que alterar su plan de vuelo para esquivar la trayectoria del potente huracán Irma, de categoría cinco, en el Caribe.
En Bogotá, trabajadores de la ciudad se afanaban limpiando monumentos en el centro, levantando un escenario para una masiva misa al aire libre y dando los últimos retoques al perímetro de seguridad que rodeará la Nunciatura donde el papa pasará las noches. Aunque muchos colombianos elogian la humildad de Francisco como un ejemplo a seguir, también han cuestionado el elevado costo de la visita.
“Me gusta lo que va a pasar, el papa es una persona humilde”, dijo Aristóbulo Fonseca mientras colocaba dos imágenes de las vírgenes de Guadalupe y del Carmen en el capó de su taxi en el centro de la capital. “Lo que no es bueno es que estén haciendo de esto un carnaval y gastándose tanto dinero”.
El momento álgido de la visita de Francisco se producirá el viernes, con una reunión y una oración de reconciliación entre las víctimas del conflicto y exguerrilleros en Villavicencio, una ciudad al sur de Bogotá rodeada por territorios controlados durante años por las FARC.
Beatificación
El pontífice beatificará a dos sacerdotes colombianos asesinados durante las décadas de conflicto con los rebeldes, declarándolos “mártires” víctimas del odio a la fe católica.
El encuentro estará presidido por uno de los símbolos más conmovedores del conflicto: una mutilada imagen de Jesucristo que fue rescatada de una iglesia en la localidad occidental de Bojaya luego de un ataque de las FARC con mortero en 2012. Unas 300 personas se refugiaban en el templo durante la balacera, un enfrentamiento a tres bandas entre los rebeldes, milicias de derechas y el ejército. Al menos 79 personas fallecieron y un centenar más resultaron heridas.
En total, el conflicto dejó más de 250.000 muertos, 60.000 desaparecidos y millones de desplazados.
Antes de la llegada del Francisco, el presidente del gobierno, Juan Manuel Santos, y el último gran grupo rebelde del país, el Ejército de Liberación Nacional, ELN, firmaron un acuerdo de alto el fuego bilateral, un importante paso hacia la negociación de un acuerdo de paz permanente.
El número dos del Vaticano, el cardenal Pietro Parolin, dijo que el mensaje central del viaje es «la capacidad de perdón: para perdonar y ser perdonado”.
Vía: El Universo