Tal parece que las personas le siguen temiendo a los cambios, y esto se ha manifestado en los últimos avances de la tecnología.
Las últimas cifras de Netmarketshare revelan la cuota de las distintas versiones de Windows a nivel global, y si hay un protagonista, ese no es Windows 10, sino un Windows 7 intratable que utilizan uno de cada dos usuarios de PCs y portátiles en nuestro planeta.
Windows 10 vuelve a tener el enemigo en casa, y el enemigo no es otro que la resistencia al cambio. La historia parece repetirse: Windows XP ya le causó problemas a la cuota de Windows 7 y de Windows 8, y ahora es Windows 7 el que está comprometiendo las ambiciones de Microsoft con su último sistema operativo.
Windows XP daba (y sigue dando) la impresión de ser inmortal, y resulta sorprendente que a estas alturas, atentos, tenga la misma cuota de mercado que Windows 8/8.1, un sistema operativo que estaba diseñado para sustituir a Windows 7, no a Windows XP.
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Mientras tanto Windows 7 parece no temblar ante un hecho preocupante: en dos años se acaba el periodo de soporte. El próximo 14 de enero de 2020 finaliza el «soporte extendido» (el soporte convencional terminó el 13 de enero de 2015) de Windows 7, y será entonces cuando los usuarios quedarán literalmente desprotegidos ante las nuevas amenazas de seguridad. Microsoft, salvo casos excepcionales (como ocurrió con Wannacry), nos dejará solos, y seguir usando esta versión del sistema operativo pondrá en riesgo la seguridad de nuestros datos.
¿Qué ocurrirá entonces con Windows 7 y, sobre todo con Windows 10? Teóricamente el lento crecimiento de cuota de Windows 10 (un 5% más en un año) debería acelerarse de forma notable. La respuesta, no obstante, la determinarán unos usuarios que demuestran una y otra vez que cambiar a un nuevo sistema operativo es muy duro.