«Black-ish», «Stranger Things», «Big Littles Lies»… Muchas de las series nominadas al Emmy tienen a niños y adolescentes en papeles clave.
No son actores típicos, estos tienen deberes escolares, necesitan tiempo para descansar y distraerse y están acompañados siempre por sus padres.
«No son actores entrenados como los adultos, pero los chicos que tienen estos roles por una habilidad inherente, tienen carisma, el deseo de meterse en un papel. Escuchan instrucciones… son muy inteligentes», dijo la directora de casting Amanda Lenker Doyle, que trabajó en «Black-ish».
Y además, añadió, estos niños generalmente están «mejor preparados para sus audiciones que los adultos». «Es impresionante ver a niños que aún no saben leer memorizando los textos».
Aunque de vez en cuando hay dificultades… las que presentan los padres, explicó el agente Jason MacRay, que ha renunciado a talentos por esa causa. «Puedo ver que será un desastre lidiar con la madre o el padre o ambos particularmente si ellos no están de acuerdo».
A veces también resulta difícil que los niños expresen emociones más allá de su madurez.
Un director de exitosas series que pidió no ser identificado recordó cómo en una oportunidad tenía un papel de un niño que había perdido a su madre y su padre no había vivido aún su luto. «Necesitaba de él emociones muy complejas», indicó.
Se dedicó entonces a jugar con él con barajas Pokémon y fútbol durante las preparaciones. «Nos ayudó a ambos».
Algunas escenas pueden también tener un tinte sexual algo delicado.
Edouard Holdener, de 13 años de edad y cinco participando en castings y sets, tuvo por ejemplo que interpretar en una audición a un pintor famoso en su adolescencia que por primera vez tenía sexo con prostitutas. No consiguió el papel al final.
Los rodajes de muchas de estas pequeñas estrellas duran hasta nueve horas al día, a veces comienzan al amanecer y en ese tiempo tienen que dedicar tres horas para clases con un tutor, no necesariamente seguidas sino cuando hay un «break».
«Hay millones de dólares invertidos, cada minuto en el set cuesta miles de dólares y le pides a un niño de 10 años que se comporte profesionalmente y esté al nivel de Tom Cruise», señaló MacRay, que trata de no dar más de 12 audiciones a sus jóvenes clientes.
«El tutor en el set puede intervenir y decir que necesita un descanso porque está exhausto».
Otros factores –la presión, atención mediática y grandes salarios- pueden también subirle los humos, muchas veces porque los padres los empujan a vivir sus propios sueños de gloria.
Leonardo DiCaprio y Natalie Portman por ejemplo lograron pasar de estrella actor infantil a estrella adulta, pero están los casos de Lindsay Lohan o Macaulay Culkin, que fracasaron o cayeron en el olvido.
«La familia es primordial para que los chicos mantengan los pies en la tierra. Los adolescentes con los que trabajo son razonables», añadió.
Holdener es uno de ellos. Este francés que vive en Los Ángeles ha querido ser actor desde que tiene uso de la razón. Estudia el cuarto grado en un curso por internet para tener tiempo para dedicarse a su pasión.
Y ya acumula varios papeles en cine, incluso un protagónico en el aclamado filme independiente «Hunky Dory» y recién terminó una serie para Amazon con Jean-Claude Van Damme que se estrena en el otoño boreal.
«Me encanta prepararme para las audiciones, sumergirme en el guión, aprenderme los textos, pero es difícil cuando no obtienes el papel, no puedes evitar molestarte», dijo a la AFP.
Uno de esas grandes pérdidas fue por ejemplo «Stranger Things», serie en la que pasó tres niveles de audiciones. «Todavía me pongo triste cuando veo los afiches», admite.
Y precisamente parte del trabajo de los directores de casting es proteger los sentimientos de estos chicos.
«Es importante que sientan que hicieron un gran trabajo y dieron lo mejor de sí, porque una audición siempre es muy difícil, incluso para adultos», señaló Amen Lenker Doyle.
Holdener aseguró que su manager le aconsejó «tener otras aficiones» y no pensar únicamente en su carrera.
Así que su hobby es escribir… guiones de cine.
Vía: telemetro