El jefe de gobierno español Mariano Rajoy pidió este miércoles a los independentistas catalanes que renuncien a su «escalada de radicalidad y de desobediencia» mientras miles de ellos protestaban en Barcelona por la detención de políticos ante el referéndum de autodeterminación.
«Renuncien de una vez a esta escalada de radicalidad y de desobediencia (…) Están a tiempo de evitar males mayores», dijo en un discurso televisado Rajoy, que busca impedir esta votación convocada por el gobierno regional desoyendo a la justicia española.
El jefe de gobierno español pidió este miércoles a los dirigentes independentistas de Cataluña detener la «escalada de radicalidad», mientras que éstos prometieron una «movilización permanente» contra las maniobras policiales para impedir el referéndum de autodeterminación prohibido por la justicia.
En la noche del miércoles, la Asamblea Nacional de Cataluña (ANC), una de las principales asociaciones independentistas, llamó a los miles de manifestantes que salieron a las calles de Barcelona a que volvieran a sus casas, para tomar fuerza para nuevas movilizaciones.
En la madrugada, frente a la sede de la vicepresidencia del gobierno regional sólo quedaban unas 200 personas, después de que una protesta contra un registro de la Guardia Civil logró congregar a miles de personas.
«Esta noche la pasaremos aquí», «Ni un paso atrás», fueron las consignas de la noche.
La jornada se tensó en Cataluña tras la detención de catorce funcionarios del gobierno catalán y la requisación de millones de papeletas para el referéndum del 1 de octubre.
Los registros y arrestos de la Guardia Civil desencadenaron numerosas protestas en Barcelona desde primera hora de la mañana frente a las sedes del gobierno regional investigadas.
En un discurso televisado jefe del gobierno español Mariano Rajoy pidió a los independentistas a que «renuncien de una vez a este escalada de radicalidad y de desobediencia».
«Están a tiempo de evitar males mayores», advirtió.
«Saben que ese referéndum ya no se puede celebrar (…) Nunca fue legal ni legítimo, pero ahora no es más que una quimera imposible», dijo Rajoy al gobierno regional presidido por el independentista Carles Puigdemont.
Con sus acciones, el Estado español ha «impuesto de facto un estado de excepción», denunció Puigdemont, quien insistió en convocar a los catalanes a votar «frente a un régimen represivo e intimidatorio».
El Ejecutivo catalán reiteró así su convicción de realizar el referéndum, pese a prohibirlo el Tribunal Constitucional, que había advertido a un millar de altos cargos no organizarlo so pena de exponerse a consecuencias judiciales.
Los detenidos son sospechosos de delitos de «desobediencia, prevaricación y malversación», informó la Corte Superior de Justicia de Cataluña.
Según una fuente judicial, el juez ordenó registros en el marco de una investigación iniciada en febrero sobre un posible robo de datos para acceder al censo de los contribuyentes catalanes.
‘Fuera policía española’
Lejos de frenar sus protestas como pidió Rajoy, las entidades independentistas llamaron a una «movilización permanente» el jueves a las 12H00 (10H00 GMT) frente al Tribunal Superior de Justicia de la región, en Barcelona, hasta que liberen a los detenidos.
«El camino hacia el 1 de octubre está lleno de movilizaciones», advirtió el presidente de la organización independentista Omnium, Jordi Cuixart.
«Si a lo largo de la historia todo el mundo se hubiera parado a respetar el marco legal de entonces, seguiríamos viviendo en la época de los cromañones», decía Martí Rodríguez, un sociólogo de 30 años enfrente de la sede de la vicepresidencia regional.
Si bien el ambiente nocturno fue festivo, con música en directo y gente bailando, durante el día se caldearon los ánimos entre policía y manifestantes, que llegaron a bloquear durante unas horas la salida de vehículos de la Guardia Civil.
Frente a la sede de la CUP, partido separatista de extrema izquierda, centenares de manifestantes gritaban «fuera fuera policía española» a los agentes que preparaban un registro.
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, pidió a Rajoy abandonar su «estrategia represiva» mientras que el líder socialista catalán, Miquel Iceta, pidió a ambos gobiernos «detener una escalada que lleva al desastre».
En la céntrica Puerta del Sol de Madrid, centenares de personas apoyaron la celebración de un referéndum en Cataluña. «Creo en la democracia y el pueblo tiene derecho a decidir», decía Paquita Rey, cocinera jubilada de 65 años.
‘Actitudes nazis’
Las tensiones llegaron al Congreso: allí, el diputado independentista Gabriel Rufián emplazó a Rajoy: «Saque sus sucias manos de las instituciones catalanas», antes de que los diputados catalanes se retiraran del hemiciclo.
«Estas personas están tomando actitudes de los nazis, están poniendo afiches con los rostros de los alcaldes que resisten su llamado a participar en esta farsa», denunció desde Nueva York la noche del martes el ministro de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis.
Las operaciones policiales se han intensificado desde el fin de semana, con la incautación de gran cantidad de material electoral, como afiches o propaganda.
En paralelo, el ministerio de Hacienda congeló las cuentas del Ejecutivo catalán, reduciendo drásticamente la autonomía financiera de la región.
Los separatistas son mayoría en el parlamento catalán desde 2015, pero según los sondeos la sociedad catalana se muestra muy dividida ante la independencia de esta región de 7,5 millones de habitantes.
En las elecciones regionales de 2015, los independentistas obtuvieron el 47,6% de los votos y los defensores de seguir en España el 51,28%.
El 70% de los catalanes está a favor de zanjar la cuestión a través de un referéndum legal, según las encuestas.
Vía: 180