Así lo indica una investigación de Associated Press. EE.UU. pedirá a la isla que retire personal diplomático de Washington.
El gobierno del presidente Donald Trump se prepara para pedirle a Cuba que reduzca el 60% del personal de su embajada en Washington, señalaron funcionarios federales, en respuesta a la decisión de la semana pasada por parte de Estados Unidos de reducir en la misma proporción su personal en la embajada en La Habana; en medio del misterio de los «ataques sónicos» contra diplomáticos norteamericano en La Habana, que ahora se sabe, las primeras víctimas eran espías estadounidenses.
Es más, los extraños ataques afectaron al corazón de la red de espionaje de Washington en Cuba, según pudo saber The Associated Press.
Los agentes de inteligencia de Estados Unidos fueron algunas de las primeras víctimas y las más afectadas.
No fue sino hasta que los espías estadounidenses que trabajaban bajo cobertura diplomática reportaron oír extraños sonidos y sufrir efectos físicos que Estados Unidos detectó que algo iba mal, dijeron personas familiarizadas con la situación.
Los ataques comenzaron días después del sorpresivo triunfo de Donald Trump en las elecciones presidenciales de noviembre del año pasado. La cronología exacta de los acontecimientos sigue sin estar clara, como tampoco lo está si los agentes de inteligencia fueron las primeras víctimas o simplemente los primeros en reportar lo sucedido.
Hasta la fecha, la administración Trump ha dicho de forma general que las 21 víctimas eran personal de la embajada de Estados Unidos o «miembros de la comunidad diplomática». Esa descripción indica que sólo los diplomáticos de buena fe y sus miembros de la familia fueron afectados, sin ninguna motivación lógica más allá de interrumpir las relaciones entre ambos países.
El turbio mundo del espionaje
Sin embargo, tras bambalinas, los investigadores inmediatamente comenzaron a buscar explicaciones en el mundo más turbio del espionaje y el contraespionaje, dado que muchos de los primeros casos reportados involucraron trabajadores de inteligencia enviados a la embajada de Estados Unidos. Esa revelación, confirmada a la AP por media docena de funcionarios, añade otro elemento de misterio a una saga que ya lleva un año y que según el gobierno de Trump no ha terminado.
El Departamento de Estado y la CIA no quisieron comentar para esta historia.
Los primeros informes inquietantes de ruidos agudos y fuertes, así como padecimientos físicos inexplicables apuntaban a alguien que atacaba deliberadamente a la red de inteligencia del gobierno estadounidense en la isla, en lo que parecía una escalofriante escalada de los juegos de espionaje que Washington y La Habana han librado en el último medio siglo.
Pero Estados Unidos pronto descubrió que los diplomáticos en la embajada también se vieron afectados por ataques similares, dijeron funcionarios, confundiendo aún más la búsqueda de un culpable y un motivo.
De los 21 casos confirmados, los espías estadounidenses sufrieron algunos de los daños más agudos, incluyendo daño cerebral y pérdida auditiva, dijeron varios funcionarios estadounidenses que no estaban autorizados a hablar públicamente sobre la investigación y exigieron el anonimato. Los afectados escucharon un sonido inquietante dentro y en algunos casos fuera de sus casas en La Habana, descrito como similar al chirrido de los grillos. Entonces comenzaban a sentirse mal.
Con el tiempo, los ataques parecían evolucionar.
En muchos de los casos más recientes, las víctimas no oían ruidos y no sabían que se estaba produciendo un ataque, y sólo sentían los síntomas más tarde. Eso ha generado preocupación entre los investigadores de que los ataques podrían ser cada vez más sofisticados y difíciles de detectar, dijeron personas al tanto de la investigación.
Aunque el Departamento de Estado ha dicho que todos los casos están «confirmados médicamente», varios funcionarios estadounidenses dijeron que no está claro si todos los síntomas de las víctimas están vinculados de manera concluyente a los ataques. Considerando el profundo sentimiento de alarma entre los estadounidenses que trabajan en la embajada, es posible que algunos trabajadores atribuyan enfermedades no relacionadas a los ataques.
Casi nada de lo que ha ocurrido en La Habana es perfectamente claro. Pero así suelen ser las cosas en Cuba.
El deshielo se congela
Los ataques provocaron el retiro del 60% del personal diplomático de EE.UU. en La Habana y el pedido de Washington a sus ciudadanos de que no viajen a Cuba, ante los riesgos de un ataque. Esto fue la semana pasada. Ayer, lunes la administración Trump dio otro paso: pedir a Cuba que retire a sus diplomáticos.
La solicitud de Estados Unidos representa otro importante revés a las relaciones entre ambas naciones, que apenas habían retomado nexos diplomáticos después de medio siglo de hostilidades, en el llamado «deshielo», un legado del gobierno de Barack Obama.
Se prevé que el Departamento de Estado anuncie la decisión este martes.
Cuba ha negado estar involucrado con los ataques. Aunque es posible que La Habana vea el acto como una represalia injustificada, los funcionarios estadounidenses afirmaron que el objetivo no es sancionar a la isla, sino asegurarse de que ambos países cuenten con el mismo número de diplomáticos en las respectivas capitales. Estados Unidos solicitará formalmente a Cuba que retire a su personal, pero no los expulsará a menos que La Habana se rehúse a retirarlos de Washington, indicaron los funcionarios.
Vía: Clarin