Por allá en la primera quincena de febrero de este año, cuando Juan José Ávila se sentó por primera vez en el despacho como el nuevo presidente de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional, habían muchas ideas por ejecutar y proyectos por construir, pero había un pensamiento innegociable: en octubre arrancará la temporada 2017-2018.
Cumplir ese objetivo iba a necesitar las condiciones de un candidato al “Lanzador del Año”, porque necesaria la fuerza para aguantar la presión de una opinión en pública que cuestionaba las condiciones económicas de Venezuela para albergar una campaña, la resistencia para recorrer todos los meses sin flaquear en la meta y una puntería óptima que le permitiera ejecutar las soluciones a cada pormenor.
“Nunca me planteé la posibilidad de no jugar beisbol este año”, aseguró en un tono convincente el presidente de la LVBP, Juan José Ávila. “Y siempre me mantuve confiado y fuerte porque tenía el apoyo de los equipos”.
El primer escollo llegó en abril y se comparaba con tener tres hombres en base, sin outs y el tercer bate de la alineación rival en el plato. Con el inicio de las protestas contra el gobierno de Nicolás Maduro, las calles venezolanas se plagaron de protestas, heridos y muertes que conmocionaron al ciudadano. Por eso, y aunque faltaba mucho tiempo para dar inicio a la temporada de beisbol, se abría el debate: ¿Cómo se juega beisbol en este contexto?
Ávila decidió recurrir a la paciencia para enfrentar ese cuestionamiento. “Yo no tengo una bola de cristal para predecir el futuro”, respondió el directivo sobre por qué no suspender la campaña 2017-2018 en ese momento. “Yo no sabía que íbamos a tener calma, pero estaba seguro que no se podía aguantar mucho tiempo lo que estaba pasando, porque se iba a destruir el país”.
Pero las manifestaciones seguían y en mayo, durante la Convención Anual de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional, Ávila conseguía ese roletazo al cuadro que le permitía obtener una doble matanza para despejar el aluvión. Los 8 equipos mostraron su disposición de jugar y, aunque se necesitasen modificaciones en el calendario o la plantilla, en octubre arrancaba todo.
“Después de la Convención me sentí fuerte porque tuve el respaldo de los 8 equipos”, aseguró enfáticamente Ávila vía telefónica. “Siempre me dijeron que deseaban jugar y que se debía realizar el campeonato”.
Pero ni eso pudo silenciar los comentarios de la opinión pública que mantenían sus dudas. De hecho, Alfredo Pedrique, figura de la LVBP en su época de jugador y más reciente como mánager, volvía a iniciar el debate en junio cuando dijo en el programa radial “Tres en Base”, que no habían condiciones para disputar una temporada este año y que “la LVBP se debería unir a la protestas por la paz de Venezuela”.
El mandamás de la LVBP, evitando tomar bando en un conflicto político, aseguraba tener un calendario definido que arrancaría el 10 de octubre. Además, ahí aparecían encuentros en el Estadio Universitario, otro que inconveniente solventado al mediar entre Tiburones de La Guaira, Leones del Caracas y la Fundación UCV, por lo que Ávila sentía que el juego se inclinaba a su favor.
Para julio, y con gran parte de los escollos vencidos, la LVBP decidió reunirse con emisarios de Major League Baseball (MLB) para demostrar que la seguridad estaba garantizada. “Viajé para reunirme con ellos en julio porque estaban preocupados. Les demostré que el año pasado hubo un 0% en incidentes y recordar que las relaciones son bilaterales que las Grandes Ligas también sacan provecho”, dijo el presidente del circuito criollo.
Juan José Ávila sentía que había recorrido gran parte de ese juego personal que se propuso en febrero: en octubre comenzaba el béisbol en Venezuela. Solo restaba el tema de las divisas que, aunque nunca se convirtió en una preocupación mayor, era uno de los últimos rivales por retirar para optar por la victoria.
Y fue en una alocución del vicepresidente de la República Bolivariana de Venezuela, Tareck El Aissami, cuando finalmente ese manso elevado cayó para convertirse en el out restante. Ahí se informaba la aprobación de 9 millones 959 mil dólares para la LVBP por la temporada 2017-2018 y la Serie del Caribe.
“El gobierno siempre me dijo que contara con los dólares y las conversaciones siempre estuvieron por buen camino”, afirmó el presidente. “Por eso dejé claro en mis declaraciones que no me preocupaba ese tema”.
Ya su labor estaba cumplida, y así como cuando el abridor entiende que terminó su participación y entrega el testigo a los relevistas, Juan José Ávila dejó el terreno amoblado para que los equipos negociaran con importados, tramitaran permisos y conformaran sus roster.
Ahora llegó el día inaugural de la temporada 2017-2018 en Venezuela, y aunque seguramente no fue un juego sin hit ni carreras, Juan José Ávila siente que se llevó la victoria. “A pesar que hubo problemas con los permisos, los equipos anunciaron sus importados, entrenaron y se cumplió el objetivo: tenemos béisbol en octubre”, concluyó.
Vía: Meridiano