El huracán Ofelia ya se deja sentir en la costa sur de Irlanda, derribando árboles y tendidos eléctricos, y golpeando el litoral con olas de hasta diez metros de altura.
Más de 230 mil hogares y negocios quedaron sin electricidad y casi 150 vuelos fueron cancelados en los dos principales aeropuertos irlandeses de Dublín y Shannon.
Escuelas, hospitales y el transporte público estaban cerrados y las fuerzas armadas fueron desplegadas para reforzar las defensas contra inundaciones. Imágenes que circulaban por las redes sociales mostraban que una parte del techo del estadio Turners Cross en la ciudad de Cork se había derrumbado.
El primer ministro Leo Varadkar dijo que se esperan vientos con fuerza de huracán en todo el país, aconsejando a la gente que permanezca en sus hogares. El ministro de Transporte dijo que no era seguro conducir.
Está previsto que la tormenta avance hacia el oeste de Escocia durante la noche.