No siempre las grandes discusiones son el principal motivo que lleva a una separación. A veces, pequeños actos cotidianos, pueden ser más dañinos al acumularse, provocando a la larga una separación. Si la frase «no sé qué pasó» te suena muy conocida, tal vez deberías revisar algunos hábitos de tu día a día.
1. Mentir sobre asuntos económicos
Algunos lo llaman «infidelidad financiera», pero, sea cual sea el nombre que se le dé, omitir información o mentir a la pareja sobre gastos, deudas o manejo del dinero tarde o temprano traerá dificultades a la relación. Cuando se le miente a la pareja sobre aspectos financieros es difícil crear metas en común y además puede haber una pérdida de confianza.
2. Guardar rencor
Las mentiras y los resentimientos acumulados pueden ser un factor determinante a la hora de terminar una relación. El reconocimiento y el agradecimiento son fundamentales, algo que el rencor no deja ver.
3. Revelar secretos íntimos
4. Desear que cambie
Si el foco siempre está en sus defectos, si cada tanto deseas que cambie algún aspecto o incluso piensas cómo sería tu vida sin él, lo que te une a esa persona no parece tener una base muy fuerte. Estar con alguien, pero querer que todo el tiempo sea otra persona, no es una opción.
5. No poder ponerse en su lugar
Otro hábito que aumenta las posibilidades de una separación es la incapacidad de colocarse en el lugar del otro, sobre todo en las discusiones. La falta de comprensión sobre lo que él siente, en el futuro, puede llevar a que se termine la relación.
6. Ignorar problemas
Un hábito dañino es ignorar problemas y siempre tratar de parecer fuerte y feliz, cuando en realidad por dentro estás insatisfecho e incluso decepcionado. Además de no hacer que las dificultades desaparezcan, el dolor se va a ir acumulando hasta que ya no haya marcha atrás.
Hay ciertos hábitos que pueden ser nocivos para la relación y gradualmente pueden llevar a una separación. La clave está en aceptar al otro tal como es y mantener una buena comunicación.
Fuente: Vix.com