A diferencia de la Tierra, la luna no posee atmósfera ni campo magnético para proteger a sus habitantes; por esta razón nadie ha estado en la luna más de tres días, en gran parte porque los trajes espaciales por sí solos no pueden proteger a los astronautas de un ambiente que se distingue por presentar variaciones extremas de temperatura, radiación e impactos de meteoritos.
Sin embargo, un equipo de investigadores de la Universidad de Purdue, ha revelado la existencia de un conducto de lava abierto en la región de la luna conocida como Marius Hills, el cual podría brindar refugio y proteger a los astronautas de las peligrosas condiciones que imperan en la superficie lunar.
Los conductos son canales naturales que se formaron cuando un flujo de lava desarrolló una corteza dura, que se espesó y formó un techo sobre la corriente de lava que persistía fluyendo. Una vez que la lava dejó de fluir, el túnel se drenó, formando un hueco vacío.
De acuerdo a Junichi Haruyama, investigador principal de la Agencia Espacial de Japón (JAXA), si alguna vez vamos a construir una base lunar, será determinante conocer dónde se encuentran y cuán grandes son estos conductos de lava lunar.
Los investigadores del JAXA analizaron los datos de radar de la nave espacial SELENE para detectar los tubos de lava subyacentes. El equipo encontró patrones de eco similares en varios lugares alrededor del agujero, lo que indica que puede haber más de uno.
Por su parte, científicos de la Universidad de Purdue utilizaron los datos de gravedad sobre esa área, para inferir que la apertura era parte de un sistema más grande. Mediante el uso de esta técnica complementaria de radar, pudieron descubrir cuán profundas y altas son las cavidades.
Existen tubos de lava en la Tierra, pero sus contrapartes lunares son mucho más grandes. Para que un tubo de lava sea detectable por datos de gravedad, necesitaría extenderse varios kilómetros de largo y al menos un kilómetro de alto y ancho, lo que significa que el tubo de lava cerca de Marius Hills es lo suficientemente espacioso como para albergar a una de las ciudades más grandes de Estados Unidos.
La existencia de tubos de lava en la luna se ha especulado en el pasado, pero esta combinación de datos de radar y de gravedad, proporciona una imagen más clara de cómo y cuán grandes son. Esta información puede ser más útil de lo que se esperaba anteriormente.
En la primera reunión del Consejo Nacional del Espacio en décadas, el vicepresidente Mike Pence anunció que la administración de Trump redirigirá el enfoque de Estados Unidos hacia la luna. Esto marca un cambio fundamental para la NASA, que bajo la administración del presidente Obama, abandonó los planes para enviar personas a la luna en favor de Marte.
Al respecto Pence señala: “Devolveremos a los astronautas de la NASA a la luna, no sólo para dejar huellas y banderas, sino para construir la base que necesitamos, y desde allí poder enviar astronautas a Marte y más allá.”
Vía: Tekcrispy