No es un secreto para nadie que fumar daña significativamente la salud y no solo la del fumador, si no la de las personas que lo rodean. Pero si antes los científicos y médicos alertaban del daño del tabaco y del humo de segunda mano (el que los fumadores exhalan), ahora han llegado aún más lejos, asegurando que los restos de humo que se acumulan en el cabello, la ropa, los muebles y el interior del automóvil -denominado ‘humo de tercera mano’ o ‘polvo de tabaco’- también resultan peligrosos para el organismo, informa el portal Science Alert.
Tras realizar una serie de pruebas en ratones, los investigadores de la Universidad de California (EE.UU.) han revelado que el humo de tercera mano podría causar diabetes tipo 2, dañar los pulmones, el cerebro y el hígado.
De acuerdo con la autora principal del estudio, Manuela Martins-Green, el objetivo del experimento era “determinar la cantidad mínima de tiempo requerida para causar cambios fisiológicos en los ratones cuando están expuestos a los restos de humo”.
“Descubrimos que la exposición al humo de tercera mano luego de un mes resultó en daño hepático. La exposición durante dos meses resultó en un mayor daño molecular, y de cuatro a seis meses causó aún más daño. También encontramos que los ratones mostraron resistencia a la insulina después de una exposición a largo plazo”, afirmó.
Según explican los investigadores, el polvo de tabaco es una toxina sigilosa, un “asesino silencioso” que permanece en las superficies durante muchos años y resiste incluso a los agentes de limpieza más potentes. Se acumula con el tiempo y se convierte en sustancias químicas cancerígenas que pueden ser absorbidas a través de la piel y mediante la respiración, especialmente por los niños que con frecuencia ingieren estas toxinas poniéndose las manos en la boca, advierten los científicos.
Vía: La Tribuna