Los portavoces militares en Zimbabue han insistido en que su toma de control no se trata de un golpe militar para tumbar al Ejecutivo, sino de una operación contra «criminales» del entorno de Mugabe
Estados Unidos expresó su preocupación por la «intervención militar en el proceso político» de Zimbabue y confió en que se logre una resolución «rápida» de la crisis política dentro del marco constitucional, pero no llegó a calificar lo ocurrido como un golpe de Estado.
Un portavoz del Departamento de Estado estadounidense, que pidió el anonimato, aseguró que el Gobierno de Donald Trump está «preocupado por las recientes acciones de las fuerzas militares de Zimbabue», que hoy se rebelaron contra el presidente Robert Mugabe y tomaron el control del país, informó Efe.
«Llamamos a todos los líderes zimbabuenses a ejercer la contención, respetar el estado de derecho, garantizar los derechos constitucionalmente protegidos de todos los ciudadanos y resolver rápidamente las diferencias para permitir un regreso rápido a la normalidad», sostuvo el portavoz.
El embajador estadounidense en Zimbabue, Harry Thomas, ha «estado en contacto con el Gobierno» del país, y ha recibido información tanto del Ministerio de Asuntos Exteriores como del Ejército zimbabuense, explicó la fuente.
«Seguiremos relacionándonos con todas las partes que estén dispuestas a trabajar con nosotros para lograr una resolución rápida y pacífica que esté de acuerdo con la Constitución», aseguró.
El portavoz se limitó a decir que Washington «sigue supervisando la situación en Harare, que aún se está desarrollando, y podrá proporcionar más evaluaciones a medida que los hechos queden más claros».
«No condonamos la intervención militar en procesos políticos», continuó el portavoz, quien agregó, sin embargo, que Estados Unidos tampoco «se pone del lado de nadie en los asuntos de política interna zimbabuense».
En cuanto a la solicitud de las fuerzas militares de Zimbabue de que Occidente preste más atención a la relación con su país, el portavoz indicó que Estados Unidos «sigue comprometido con el pueblo» de ese país africano y «con sus esperanzas de un futuro más prometedor».
Debido a la «inestabilidad» en el país, la embajada estadounidense en Harare estuvo cerrada al público y con un «personal mínimo», y envió un mensaje a sus ciudadanos en el país en el que les pedía que se quedaran donde estuvieran hasta nuevo aviso.
Los portavoces militares en Zimbabue han insistido en que su toma de control no se trata de un golpe militar para tumbar al Ejecutivo, sino de una operación contra «criminales» del entorno de Mugabe, de 93 años y que llevaba en el poder desde 1980.
El presidente de la vecina Sudáfrica, Jacob Zuma, confirmó hoy que Mugabe se encuentra retenido en su residencia, pero que «está bien».
RECLAMAN RENUNCIA
La Asociación Nacional de Veteranos de la Guerra de Liberación de Zimbabue (ZNLWA, siglas en inglés) exigió la dimisión del presidente del país, Robert Mugabe, después de la intervención militar que alimenta los rumores sobre un posible golpe de Estado, informan medios locales.
«Mugabe debe ser retirado de sus obligaciones como Presidente y como primer secretario de (su partido, la Unión Nacional Africana de Zimbabue-Frente Patriótico) la ZANU-PF», reclamó el portavoz de la asociación, Victor Matemadanda, quien expresó su apoyo a las acciones llevadas a cabo por las Fuerzas Armadas, indicó Efe.
Matemadanda reclamó al partido gobernante, que «vuelva al constitucionalismo» y «revierta todas las expulsiones y suspensiones encabezadas por la camarilla del G40», en alusión a la facción de la formación encabezada por la primera dama, Grace Mugabe, quien aspira a suceder a su marido en el poder.
Precisamente, los expertos apuntan a este grupo y a Grace Mugabe personalmente como responsable de la destitución la semana pasada del vicepresidente Emmerson Mnangagwa, un héroe de guerra, quien huyó a Sudáfrica, desde donde emitió un comunicado en el que anunciaba: «Pronto controlaremos los resortes del poder en nuestro bello partido y país».
Miembros destacados del G40 fueron detenidos hoy por los militares, entre ellos los ministros de Finanzas, Educación y Gobierno Local, Obras Públicas y Vivienda, así como el presidente de las juventudes del ZANU-PF y el número dos de los servicios de inteligencia.
Los veteranos de guerra denunciaron la influencia que ha conseguido la sección juvenil del partido gobernante, cuyo líder, Kudzai Chipanga, uno de los principales apoyos de Grace Mugabe, ayer rechazó cualquier interferencia militar contra el Gobierno, algo que para Matemadanda es «un desafío sin precedentes contra el jefe del Ejército».
La ZNLWA reclamó volver a ser tenida en cuenta como «el cuarto pilar del ZANU-PF» y pidió a todos los partidos del país que «reconozcan el papel desempeñado por los veteranos de guerra».
La tensión en Zimbabue empezó a aumentar después de que varios tanques fueran vistos en dirección a Harare, solo un día después de que el jefe de las fuerzas armadas del país, Constantine Chiwenga, advirtiera de que se tomarían «medidas correctivas» si continúa la purga de veteranos en el partido de Mugabe, de 93 años y en el poder desde 1980.
El ZANU-PF respondió afirmando que las palabras de Chiwenga sugerían una «conducta de traición» destinada a «incitar a la insurrección y al desafío violento del orden constitucional».
NACIONES UNIDAS PIDE CALMA
La ONU hizo hoy un llamamiento a la calma en Zimbabue y subrayó que la crisis política en el país se debe resolver a través del «diálogo» y dentro del marco constitucional, indicó Efe.
A través de un portavoz, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, dijo que está siguiendo la situación y pidió «calma, no violencia y moderación» a todas las partes.
«Preservar los derechos fundamentales, incluida la libertad de expresión y asamblea, es de importancia vital», señaló el portavoz, Farhan Haq.
«El secretario general subraya la importancia de resolver diferencias políticas a través de vías pacíficas y del diálogo y en línea con la constitución del país», añadió.
Haq admitió que por el momento la situación sobre el terreno en Zimbabue es «un poco confusa» y que la ONU está tratando de recabar más información.
Según los medios locales, los edificios oficiales se encuentran sitiados y varios ministros están arrestados.
En un mensaje emitido esta madrugada en la televisión pública, un portavoz de las Fuerzas Armadas aseguró que las operaciones realizadas no suponen una «toma militar» del Gobierno, sino una operación contra «criminales» del entorno del presidente.
En el contexto de fondo de las acusaciones de Chiwenga se encuentra la destitución, la semana pasada, del exvicepresidente Emmerson Mnangagwa, un incondicional del partido y veterano de guerra que sonaba como sucesor del presidente.
Zuma ha anunciado que enviará a Zimbabue al ministro de Defensa, Nosiviwe Mapisa-Nqakula, y al titular de Seguridad, Bongani Bongo, para entrevistarse con Mugabe y con los mandos de las Fuerzas Armadas tras la intervención militar que alimenta los rumores de un golpe de Estado en el país.
Vía: El Universal