El golpe de Estado «no fue una amenaza para nuestro orden constitucional ni un desafío a mi autoridad como cabeza del Estado y del Gobierno, como tampoco como comandante en jefe de las Fuerzas de Defensa de Zimbabue», apuntó Mugabe.
El presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, se aferra al poder. Anoche descartó dimitir en un discurso televisivo, horas después de que su partido lo expulsara como líder y le exigiera la renuncia como jefe de Estado, tras sufrir un golpe militar el miércoles pasado que lo colocó bajo arresto domiciliario.
Mugabe, de 93 años y 37 en el poder, dijo entender que la mala situación económica y las peleas dentro del partido gobernante Unión Nacional Africana de Zimbabue-Frente Patriótico (Zanu-PF) han frustrado a muchos, señaló DPA.
En unas semanas él dirigirá un congreso partidario, en el cual se proyectará el rumbo para el futuro, dijo Mugabe, quien tampoco criticó la asonada en su contra.
El golpe de Estado «no fue una amenaza para nuestro orden constitucional ni un desafío a mi autoridad como cabeza del Estado y del Gobierno, como tampoco como comandante en jefe de las Fuerzas de Defensa de Zimbabue», apuntó.
Además, rodeado de generales, comentó que los militares fueron respetuosos y educados.
Horas antes de su comparecencia televisiva, Mugabe fue destituido como líder del partido gubernamental, que además le exigió que dimita a la Presidencia del país antes de las 12:00 pm de hoy lunes.
De no hacerlo, las autoridades partidarias aseguraron que el martes sería destituido por medio de una votación en el Congreso, aseguró Patrick Chinamasa, un destacado miembro de Zanu-PF.
«Los conflictos generacionales dentro del partido deben ser controlados», dijo Mugabe en una aparente referencia a la división en las filas del Zanu-PF entre la vieja guardia que lideró la independencia y una más joven, encabezada por su esposa, Grace, quien era sindicada como posible sucesora y que hoy fue expulsada del partido.
Christopher Mutsvangwa, el líder de la asociación de veteranos de guerra, dijo que Mugabe habló «como si no supiera cuál fue la decisión que el partido tomó esta tarde».
El partido estará encabezado en el futuro por el ex vicepresidente Emmerson Mnangagwa (75), quien además deberá suceder a Mugabe, de 93 años, como jefe de Estado.
«El dictador ha caído, Mnangagwa relevará al déspota», dijo a dpa un alto cargo del partido. «Hicimos nuestra parte y ahora esperamos que Mugabe dimita. Si no lo hace le destituiremos», añadió.
«Decidimos expulsar a Robert Mugabe y a su esposa Grace del partido. Vamos a escribir una misiva para informar al Parlmento de que retiraremos a Mugabe del Gobierno», explicó también Cleveria Chizemam, miembro del comité central del partido.
El golpe de Estado del miércoles se produjo después de que Mugabe, que gobierna desde 1980, destituyera a Mnangagwa para afianzar en la sucesión a su esposa y primera dama. El sábado decenas de miles de personas se manifestaron contra Mugabe en Harare y exigieron su dimisión.
La cúpula militar se reunió hoy por segunda vez con Mugabe, según las fotos publicadas por medios estatales. El Ejército quiere conseguir que dimita para presentar su salida como un cambio de poder acorde con la ley.
Mnangagwa, conocido como «El cocodrilo», es desde hace décadas un miembro destacado de la élite política de Zimbabue. Se le considera de la línea dura y bajo el Gobierno de Mugabe dirigió los servicios secretos y los departamentos de Interior y Justicia. Los analistas no esperan un gran cambio si llega al poder.
La desastrosa política económica de Mugabe empobreció a Zimbabue, conocida antes como el granero del sur de África. Según las estimaciones, el 80 por ciento de los 15 millones de habitantes no tiene trabajo.
La Comunidad de Desarrollo de África Austral (SADC) convocó una reunión de crisis en Angola para abordar la situación el martes. Se espera que al encuentro acudan los jefes de Estado de Sudáfrica, Zambia, Tanzania y Angola.
Vía: El Universal
