Investigadores nipones han desarrollado una prueba sanguínea para detectar cáncer e identificar el tipo de tumor con una precisión de casi el 90%, un índice superior al actual para hallar marcadores tumorales del cáncer de próstata y el colorrectal.
La creación del método es obra de los centros en Chiba y Kanagawa (al este y sur de Tokio) del Instituto de Investigación del Cáncer y el fabricante tecnológico Renatech que, basándose en una máquina de producción de semiconductores, han desarrollado un equipo capaz de medir oligoelementos en sangre, informó hoy el diario japonés Asahi.
La nueva técnica requiere sólo una pequeña muestra de sangre, lo que alivia la carga física de los pacientes respecto a otros test, y consiste en la medición y comparación de los niveles de 17 tipos de oligoelementos en el plasma sanguíneo, como sodio, hierro o zinc, cuya concentración varía según el tipo de carcinoma.
Utilizando el dispositivo, los científicos analizaron el suero de 960 pacientes con cáncer de páncreas, próstata, colorrectal, mama y útero, así como el de 550 individuos sanos, logrando identificar el tipo de tumor con una precisión cercana al 90 %.
Este índice de acierto es mayor que el de los métodos existentes para detectar marcadores tumorales del cáncer de próstata y colon, de entre el 25 y el 50%, dijeron los investigadores, que esperan que el nuevo método ayude además a mejorar la detección de carcinomas uterinos, de mama y páncreas, para los que no se han establecido aún marcadores definitivos, lo que complica su hallazgo.
Además de los tipos de cáncer anteriormente citados, el equipo de científicos está realizando investigaciones con cánceres gástricos, pulmonares, ováricos y de otros tipos, con el objetivo de que el método sea capaz de detectar en el futuro de 8 a 10 carcinomas.
Los investigadores esperan obtener la aprobación correspondiente de las autoridades para comercializar el nuevo dispositivo médico en la primavera de 2019, “tras realizar pruebas en más pacientes (…) y llevar a cabo ensayos clínicos”, dijo el director del centro de investigación en Chiba, Hiroki Nagase, al diario japonés.