La Organización Mundial de la Salud (OMS) aseguró que las personas que fuman poco o están en contacto con las sustancias tóxicas del tabaco tienen probabilidades de desarrollar cáncer de pulmón o alguna enfermedad respiratoria.
El pulmón es un órgano formado por delicados tejidos que están en contacto directo con el medio ambiente a través del aire inspirado, transportado por la vía aérea. Durante la exposición a distintos agentes, la función pulmonar se deteriora, pero puede que pasen años hasta que el problema sea lo suficientemente notable.
El consumo del tabaco obstruye las arterias, aumenta la posibilidad de desarrollar muerte cardiaca súbita, produce úlcera de estómago, genera la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y se asocia al cáncer de pulmón, laringe, cavidad oral, esófago, páncreas, cuello uterino, vejiga y riñón.
Cuanto más temprano se inicia el hábito de fumar, y mayor sea la cantidad de cigarrillos, aumentará el riesgo de padecer estas enfermedades, reseña Infobae en su portal web.
El cáncer de pulmón se desarrolla a lo largo de varios años y es difícil detectarlo en su faceta inicial, por eso es de suma importancia reconocer los factores desencadenantes para tomar las medidas preventivas correspondientes. Si bien cada persona puede tener diferentes síntomas, los más significativos son: dificultad para respirar, tos persistente, sibilancias, tos con sangre, dolor de pecho e infecciones respiratorias recurrentes.
Dejar de fumar es vital para que los fumadores puedan tener una mejor calidad de vida y tomar conciencia de que el daño es irreparable independientemente de la dosis. Es de suma importancia adoptar hábitos de vida saludables, realizar controles regulares con su médico y evitar la exposición a elementos tóxicos que predisponen el desarrollo de tumores.
Vía: VTV