Irama Gil
Todo medio de comunicación está en el deber de ser los ojos, oídos y la voz de aquellos que están invisibilizados, y partiendo de este principio periodístico, a El Luchador llegó la señora Belkis Guillen, una mujer de 54 años de edad, quien asegura que vive en el sector Cañafístola I de la parroquia Marhuanta en el municipio Heres.
La señora Guillen, portadora del número de cédula de identidad 8.876.895, aseguró que la mañana de ayer miércoles denunció ante la Fiscalía a funcionarios del Departamento Contra Homicidios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas, por supuestos atropellos durante un procedimiento policial contra su hijo Robert Rondon.
Eran las 6:00 de la mañana –narró Guillen- cuando un grupo de hombres tipo comando asaltaron mi casa, allí nos sacaron de las camas a empujones e insultos en búsqueda de mi hijo Robert Rondón, y al no encontrarlo dentro de la vivienda a los cuatro niños, mujeres, otro hijo, y a mi nieto nos obligaron a montarnos en un vehículo.
“Pienso que este no debe ser el procedimiento legal ni humano, porque se nos hizo daño psicológico tanto a los niños como a las mujeres que estábamos presentes, sin contar que mi hijo y nieto también sufrieron por sus atropellos. No entiendo porque insisten ir hasta mi casa, cuando saben perfectamente que Robert (Rondón) no está en mi casa, y allí no tienen nada que buscar”, aseguró esta mujer durante su visita a El Luchador.
Finalizó Belkis Guillen con un llamado a la reflexión y a no seguir aplicando ese psicoterror contra quienes somos inocentes, “no es necesario los atropellos e insultos, ni mucho menos que nuestros hijos menores sean testigos de estos malos tratos, afortunadamente todos quedamos en libertad luego de un interrogatorio por el paradero de mi otro hijo, de quien no tengo noticias desde hace un tiempo”.
