Para evitar el sobrepeso o la obesidad tenemos que mantener un plan de alimentación saludable y una rutina de ejercicio acorde a nuestras necesidades.Estos dos pilares actúan sobre la actividad metabólica y hormonal, influyendo de forma positiva sobre su capacidad para eliminar el exceso de grasa.
Sin embargo, en ocasiones, pese a mantener estos buenos hábitos no vemos buenos resultados y, de hecho, notamos que subimos unos kilos de más.
Esta situación nos produce una sensación de frustración que, muchas veces, nos hace desistir de la idea de llevar un estilo de vida saludable.
Lo que pasamos por alto es que muchos de los hábitos matutinos que consideramos inofensivos, en realidad, pueden conllevar a un ligero aumento de peso.
Si bien no siempre somos conscientes de ello, estos pueden ser el gran obstáculo para alcanzar nuestro peso ideal.
¿Los conoces? ¡Descúbrelos!
1. Saltarse el desayuno
Durante mucho tiempo se pensó que ignorar el desayuno era una forma de “ahorrar calorías” para lograr una reducción significativa de peso.
Sin embargo, este mito fue tumbado hace algunos años y, actualmente, se sabe que esta primera comida es esencial para un buen funcionamiento del metabolismo.
Por eso, quienes se saltan el desayuno, o bien, lo reemplazan por opciones de baja calidad nutricional, tienden a aumentar de peso corporal.
El desayuno es la comida principal del día y no debe sustituirse por un simple café con galletas.
Debe contener fuentes de hidratos de carbono, fibra y aminoácidos.
Su total de calorías corresponde al 25 % de las necesidades diarias del cuerpo.
2. Desayunar tarde
Es importante aprender a respetar los horarios de alimentación de nuestro cuerpo. Si bien podemos variar la hora ocasionalmente, lo ideal es que no pase mucho tiempo para desayunar tras levantarnos.
El cuerpo requiere fuentes de energía para mantener un óptimo funcionamiento de sus órganos principales y, aunque tiene algunas reservas, muchas suelen reducir durante el periodo de descanso.
Por otro lado, cuando el estómago se siente vacío, aumenta la segregación de jugos ácidos y produce una respuesta inflamatoria.
Para evitar esto, lo ideal es desayunar dentro de la primera hora después de levantarnos.
Antes de comer el desayuno principal, y minutos después de levantarnos de la cama, podemos ingerir una bebida saludable como agua tibia con limón o infusiones.
3. Comer snacks industriales
Los snacks industriales han invadido el mercado con la excusa de ser un bocado “saludable” para calmar el hambre que suele aparecer a media mañana.
Si bien algunas opciones están bien, la mayoría contienen añadidos químicos, azúcar y otros componentes que en realidad nos hacen engordar.
Si nos tomamos unos minutos para ver la tabla nutricional podemos darnos cuenta de que contienen muchas calorías y grasa.
Procura evitar los empaquetados y opta por alternativas orgánicas como las frutas, los trozos de vegetales o el yogur natural.
También es válido comer un puñado de frutos secos o un batido casero, sin añadidos de crema o helado.
4. Dormir demasiado
Un estudio publicado en el año 2014 sugirió que las personas que duermen 10 o más horas diarias tienen una mayor tendencia a sufrir un incremento de su índice de masa corporal.
Si bien tampoco es correcto dormir menos de 7 horas, quedarse por mucho tiempo en la cama podría ser la razón por la que el cuerpo tiene dificultades para eliminar la grasa.
Un buen descanso se consigue con un periodo de sueño de 7 u 8 horas diarias sin interrupciones.
El tiempo que gastamos durmiendo de más lo podemos aprovechar para un hábito saludable, como el ejercicio.
Los snacks industriales han invadido el mercado con la excusa de ser un bocado “saludable” para calmar el hambre que suele aparecer a media mañana.
Si bien algunas opciones están bien, la mayoría contienen añadidos químicos, azúcar y otros componentes que en realidad nos hacen engordar.
Si nos tomamos unos minutos para ver la tabla nutricional podemos darnos cuenta de que contienen muchas calorías y grasa.
Procura evitar los empaquetados y opta por alternativas orgánicas como las frutas, los trozos de vegetales o el yogur natural.
También es válido comer un puñado de frutos secos o un batido casero, sin añadidos de crema o helado.
4. Dormir demasiado
Un estudio publicado en el año 2014 sugirió que las personas que duermen 10 o más horas diarias tienen una mayor tendencia a sufrir un incremento de su índice de masa corporal.
Si bien tampoco es correcto dormir menos de 7 horas, quedarse por mucho tiempo en la cama podría ser la razón por la que el cuerpo tiene dificultades para eliminar la grasa.
Un buen descanso se consigue con un periodo de sueño de 7 u 8 horas diarias sin interrupciones.
El tiempo que gastamos durmiendo de más lo podemos aprovechar para un hábito saludable, como el ejercicio.
5. Hidratarse poco
Aunque pareciera que no tiene nada que ver, la hidratación matutina es una de las prácticas esenciales para promover un óptimo trabajo del metabolismo.
Ingerir poca agua, o incluso no ingerirla, ralentiza los procesos del cuerpo que se encargan de eliminar toxinas y quemar grasa.
Es aconsejable iniciar el día con el consumo de un vaso de agua tibia, preferiblemente con limón.
También se puede optar por una infusión de plantas o agua con miel de abejas.
Además, tras desayunar, y en el trascurso de la mañana, es conveniente tomar de 3 a 4 vasos de agua.
¿Acabas de identificar uno o varios de los hábitos mencionados? Si es tu caso, ahí está la respuesta de por qué estás engordando aunque tengas otras buenas costumbres.
Procura corregir los errores que estás cometiendo y aprovecha la mañana para darle un impulso a tus funciones metabólicas.
Vía: informe21