Recuperar el valor de la estética negra, caracterizada por el cabello «afro» o rizado, es el propósito de una iniciativa que surgió en la ciudad colombiana de Cartagena, considera uno de los principales puertos para la comercialización de esclavos en la época de la Colonia, dijo su creadora.
«‘Pelo Bueno’ es una iniciativa ciudadana para reivindicar la afrodescendencia desde el cabello y resaltar con orgullo la estética negra», aseguró la líder de la propuesta, Cirle Tatis.
A través de plataformas digitales como Facebook, YouTube e Instagram, Tatis busca «empoderar y educar a las mujeres negras para que abandonen topo tipo de procesos alisadores en los que se utilizan químicos y mantengan su cabello crespo».
Estas «prácticas de blanqueamiento, como las denomina la creadora de «Pelo Bueno», son producto de las presiones sociales y del afán de muchos afrodescendientes para encajar en una sociedad racista.
En Colombia, comentó, «es difícil ser afro y lo es aún más en Cartagena, a pesar de que fue el principal puerto en el que se comercializaban esclavos negros».
Según Cirle Tatis, la turística urbe caribeña «es elitista y racista», razón por la cual «eres rechazado por tener la piel muy oscura y el pelo muy rizado y llamativo, y así no puedes crecer profesionales porque tu aspecto se sale de lo hegemónicamente establecido como aceptable».
Hace 16 años, la fundadora de «Pelo Bueno» decidió «liberarse» de los tratamientos capilares que la hacían encajar.
Entonces, confesó, «llovieron las críticas».
«A partir de ese momento me di cuenta de que hacía falta una plataforma para explicarle a las personas afro cómo recuperar su cabello y cómo manejar los señalamientos de los que empieza uno a ser objeto», manifestó la mujer.
Con «Pelo Bueno», que termina hoy en Bogotá su primera gira por Colombia, Tatis dictó talleres en escuela, bibliotecas y universidades de Cartagena, Barranquilla, Medellín, Cali y Quibdó, en los que ya han participado 1.000 personas.
En dichos espacios, agregó, «se difundió la importancia social, política e histórica del cabello afro en los procesos de emancipación y liberación de nuestros ancestros e incluso en la construcción de país, por lo que en 2018 esperamos visitar más ciudades».
En su gira, la creadora de la iniciativa se encontró con historias dolorosas pero también llenas de esperanza de gente que estaba convencida de que la única forma de ser exitosa era convertirse estéticamente en alguien blanco.
Así, por ejemplo, en Quibdó, capital del empobrecido departamento de Chocó, ubicado en el noroeste de Colombia, y en donde el 82,1 % de los 500.000 habitantes son negros, Cirle Tatis se conmovió.
«Hicimos un taller con niñas entre los seis y los 14 años y fue triste porque no les gusta lo que ven en el espejo. Sin embargo, al final entendieron que lo único que se necesita es sentirse hermosas y poderosas y saber que está bien no ser blanco», puntualizó.
Vía: informe21