Los faros de LED aportan importantes mejoras, tanto por su capacidad de iluminación como por su consumo energético. La iluminación LED comenzó a implantarse en la industria automotriz en los faros traseros de los vehículos, aunque no tardó en dar el salto a los grupos ópticos principales.
La primera ventaja de los faros de led es que resultan considerablemente más eficientes que los faros tradicionales, los halógenos o los proyectores de xenón a la hora de transformar la energía eléctrica en luz. Una buena forma de comprobar esta cualidad es tocándolos, ya que su temperatura de trabajo es inferior a la de los otros, lo que significa que pierden menos energía. Otro punto positivo de la tecnología led es su alta longevidad. Se estima que uno de estos diodos puede soportar 20.000 horas de uso, lo que significaría que no tendrías que sustituirlos durante toda la vida útil del vehículo. Otra ventaja de los proyectores de led que poca gente suele tener en cuenta es que ofrecen a los diseñadores mayor flexibilidad a la hora de dibujar el aspecto de los faros de los vehículos. Y esto se traduce en grupos ópticos con formas mucho más atractivas, pasando a convertirse en una de las señas de identidad del fabricante de turno. El aspecto positivo que más personas conocen de los faros con tecnología led es su capacidad para producir grandes cantidades de luz, llegando a ofrecer una iluminación próxima en temperatura de color a la luz del día (5.000 grados Kelvin). No solo eso, es que además el haz de luz suele ser muy homogéneo, lo que se traduce en menos zonas ‘oscuras’ y por ende, en una mejor visibilidad. Pero esto también tiene su parte negativa ya que otros conductores pueden acabar deslumbrados debido a la potencia del haz de luz.
Vía: Alta Densidad