El ministro ruso de Exteriores no excluye que Washington podría haber provocado el último lanzamiento del misil por parte de Pionyang con sus ejercicios militares en la península coreana.
El canciller ha revelado que en septiembre EE.UU. “dejó en claro” que no se planeaban ejercicios militares en la península coreana hasta la primavera, algo que Rusia tomó como disposición para el diálogo, y transfirió “esta señal a Pionyang”, que “no dijo que no”. Sin embargo, “dos días después se anunciaron ejercicios extraordinarios no programados a gran escala en octubre, que nadie esperaba”, ha recordado Lavrov.
Incluso después de estos ejercicios, Pionyang “no hizo movimientos bruscos”, pero luego “se anunció a fines de noviembre un ejercicio más para diciembre”. Fue tras ese anuncio que se produjo un nuevo lanzamiento del misil por parte de Corea del Norte “que, aparentemente, tiene características intercontinentales”, ha subrayado Lavrov.
El ministro ha enfatizado que no está tratando de justificar este lanzamiento, pero “EE.UU. actuó como si quisiera provocar una nueva aventura de Pionyang”, y “lo hizo”.
Con información de RT