Los habitantes del condado de Cambridge, en Inglaterra, llevan meses sin entender por qué uno de los arroyos que pasa por la zona se había vuelto de un color azul eléctrico intenso y en otras ocasiones se ponía verde.
Según reseñó Cambridge News, la compañía local Anglian Water llecó a cabo una investigación para dar con la respuesta a la inquietud de los habitantes y descubrió unas bacterias tóxicas, procedentes de una fuga en un negocio local.
Dicha fuga estaba filtrándose al río y hacía que cambiase de color según la toxicidad.
Con información de El Confidenci