No es necesario depurar por completo las estancias para darle cabida a los adornos navideños. La creatividad está en jugar con diferentes escalas
Diciembre es el mes festivo por excelencia, uno que suena a gaitas y aguinaldos y en el que se notan los cambios en la decoración del hogar. Si bien la paleta tradicional de rojo, verde, blanco y dorado se ha ampliado en los últimos años, los elementos icónicos se mantienen inalterados.
Son estos precisamente los que se deben ajustar a los espacios y estilos ya definidos para no caer en la típica saturación de la época navideña. A continuación, algunas sugerencias de expertos.
Maximalismo
Luego de un par de temporadas en las que reinó la sobriedad, las casas de diseño apuntan hacia la tendencia barroca. Esta estética se basa en el uso de grandes piezas, con los colores bronce y dorados como protagonistas, señala Eduardo Martínez, jefe de Diseño de Iskia. Esto no significa que al decorar la casa para Navidad –o agregar los detalles finales– se abarroten todas las áreas. “El criterio es la mejor guía, pero también hay que focalizar la atención en tres puntos de interés, tales como las puertas, el comedor y, por supuesto, el arbolito”.
Borlas y estrellas
Los objetos diminutos se pueden combinar con ramas secas u otros materiales nobles al hacer las coronas y guirnaldas. Para dar ese efecto visual, no es conveniente colgarlos, sino emplearlos como relleno en el follaje, ya sea natural o artificial. Los arcos de los pasillos, dinteles y los niveles superiores de las repisas son los mejores lugares para colocar este tipo de ornamentos.
El árbol de Navidad se puede potenciar. La especialista en Feng Shui Liliana Zúñiga recomienda tres coordenadas para centrarlo, de acuerdo con las escuelas de la Brújula y de las Estrellas: el sureste, que se rige por la estrella número 1 y simboliza los nuevos ciclos; el este, que corresponde a la 9 y está ligada al reconocimiento; o el suroeste, que tiene relación con el dinero y gira en torno a la 8. También es válido sumar toques de azul, rojo o naranja, respectivamente, por medio de bambalinas o cintas, para activar las energías. Lavar el pino o rociar incienso entre sus ramas es otra práctica que favorece “porque este es el eje de las intenciones y deseos en esos días”.
Reflejos metalizados
Navidad es sinónimo de luces por lo que no deben escatimarse en la decoración. Además de las instalaciones –preferiblemente bloques de focos LED–, cabe introducir superficies que reflejen los titilantes haces de luz. Entre estas, las briseras o candelabros antiguos, los floreros y boles de cristal, plata o bronce para las mesas auxiliares y de centro, al igual que las borlas con incrustaciones brillantes son recursos que ayudarán a desarrollar el concepto.
El comedor es, sin duda, la estancia principal donde la familia y amigos se reúnen. Si no se quiere optar por el clásico mantel de lino o encaje blanco para vestir la mesa, los individuales, rígidos o flexibles, con estampados representan una alternativa para las comidas cotidianas. Ahora, para la cena de Nochebuena es buena idea colocar en cada puesto un plato de fondo que le refleje luz al comensal, junto a una vajilla de porcelana blanca o con diseños pintados a mano y copas de cristal rojas o transparentes, aconseja Martínez.
A escala
Los centros de mesa son infaltables porque le dan un toque de elegancia y calidez a la casa. “Las composiciones pueden variar desde cilindros llenos de piñitas, jarrones de diferentes alturas, hasta los que usan espejos como base y se complementan con pinos silvestres y cascanueces”, cita Mary Trini Luna, directora creativa de Visignstudio.
Algo que se debe evitar, de acuerdo con la milenaria filosofía del Feng Shui, son las velas y los elementos de color rojo, al menos en la mesa de centro, ya que se asocian con el fuego y se trata de una energía negativa. “Las piezas esféricas u ovaladas, vinculadas a los metales, favorecen el flujo positivo y se integran a la decoración sin esfuerzo”, comenta Zúñiga.
Figuras temáticas
Las tendencias actuales no descartan el uso de adornos como ángeles, renos o las esculturas de Santa, aunque sin exagerar. Las figuras grandes y medianas le dan vida a las esquinas, mientras que el pesebre continúa siendo una referencia. “En cuartos y baños un solo detalle, como cojines o velas aromáticas, es suficiente, lo que en el ámbito de los costos es perfecto”, apunta Martínez.
“Los presentes forrados con papel artesanal y cintas vistosas también aportan a la decoración. desplegarlos en torres y no al pie el árbol llamará la atención “
“Manzana, canela, pino y jengibre son los aromas más arraigados a la Navidad y los sachets, una forma muy sutil de percibirlos”. El-nacional.com