No hay otra. Al menos así piensan en el zona noble del Santiago Bernabéu.El campeonato de Liga queda en el olvido, con decoro, eso sí, pero deja de ser un objetivo prioritario de la entidad madridista. No lo reconocerán públicamente, pero LaLiga queda ya aparcada pese a que queda toda la segunda vuelta por delante. El objetivo, como es lógico, es la Champions, previo paso por el examen del PSG, rival que es considerado como el más complicado que podía tener en el camino.
Zinedine Zidane tiene 50 días para preparar una eliminatoria crucial como pocas veces ha tenido el Real Madrid, tiempo para salvar la temporada siguiendo vivo en la Copa de Europa. Los títulos no se olvidan, como tampoco lo sucedido ante el Barcelona. Y eso que 2017 fue el mejor año de la historia del Real Madrid. Así es este club.
Antes de la toma definitiva de decisiones, Florentino Pérez y José Ángel Sánchez se quieren dar unos días de mínima reflexión, pero son conscientes de los errores cometidos y de la necesidad de afrontar la segunda parte de la temporada con alguna cara nueva. No es que no valgan lo que hay, pero sí sienten la necesidad de que los ‘otros’ pongan en peligro la perenne titularidad de los de siempre, principal defecto de la era Zidane.
La contundente derrota ante el Barcelona va a servir para acelerar los plazos de muchas de las decisiones que el club tomará en los próximos días. Algunas de ellas ya estaban en proceso de maduración en las cabezas de los dirigentes. El golpe ha acelerado el proceso. El problema es que saben que en enero las soluciones no son tal y en ocasiones se convierten en problemas. Apunten portero (Kepa), defensa y delantero, este último pese a que Zidane no quiere.
El mal se inicia con la negativa a asumir las peticiones del padre de Kylian Mbappé de después de que el jugador diera el sí al propio Florentino Pérez. No podían asumir un sueldo que iba a poner patas arriba el vestuario. El problema es que ahora, cinco títulos después, lo que está encendida es la afición, la misma que exige jugadores diferentes y capaces de devolver el golpe al Barcelona.
Ese error inicial tiene como consecuencia que cuatro de los refuerzos de esta temporada vieran el Clásico en la grada, lo que denota un error en el trabajo hecho en verano. Las Supercopas demostraron que el equipo seguía siendo competitivo, pero la vuelta a la Liga (competición que se le hace eterna al Real Madrid contemporáneo) dejó al equipo tocado y sin margen de error (empates ante Valencia y Levante y derrota ante el Betis).
Informes técnicos hablan desde hace tiempo de dar una vuelta a la BBC, pero los éxitos del equipo lo han impedido. Ahora ya saben que lo que antes era una sugerencia, ahora es una obligación ineludible cara al próximo verano, con Karin Benzema como claro candidato para salir del club blanco en verano. Por cierto, los dirigentes blancos no tienen mucha intención de mejorar el contrato. No es prioridad.