El nuevo presidente de Bolivia, Rodrigo Paz Pereira, ha marcado un giro fundamental en la política exterior del país tras tomar posesión de su cargo este sábado, anunciando de forma inmediata la reanudación de las relaciones diplomáticas plenas con Estados Unidos.
Este trascendental paso pondrá fin a 17 años de alta tensión bilateral y distancia, e incluirá el intercambio de embajadores de alto nivel.
La relación entre La Paz y Washington se había roto efectivamente en 2008, durante la administración del expresidente Evo Morales, cuando se expulsó al embajador estadounidense. Desde entonces, y con la excepción de un breve e inestable acercamiento con intercambio de embajadores durante el gobierno interino de Jeanine Áñez (2019-2020), los lazos se mantuvieron al nivel más bajo, con la presencia exclusiva de encargados de negocios.
El anuncio de Paz Pereira, de tendencia centroderecha, representa un quiebre definitivo con la línea de alianzas que privilegiaba a naciones de izquierda, y sella una nueva etapa en la diplomacia boliviana.
El nuevo mandatario confirmó que ya ha iniciado conversaciones con altos funcionarios del gobierno estadounidense, incluyendo al Secretario de Estado, Marco Rubio, para concretar el restablecimiento de los vínculos en el corto plazo.
El restablecimiento pleno de las relaciones diplomáticas es un movimiento estratégico que se alinea con la visión del nuevo gobierno de implementar un «capitalismo para todos» y «abrir Bolivia al mundo».
El presidente Paz señaló que esta medida es crucial para atraer la inversión extranjera y obtener el financiamiento internacional necesario para hacer frente a la «economía quebrada» que, según sus declaraciones, heredó.
Con este anuncio, el gobierno de Rodrigo Paz Pereira sienta las bases de una nueva era en la política exterior boliviana, buscando consolidar alianzas estratégicas que impulsen la recuperación y el desarrollo económico del país.
Con información de agencias
