Una jornada de descanso se transformó en tragedia este fin de semana en la emblemática playa de Copacabana, cuando un avión ultraligero se precipitó al Océano Atlántico a pocos metros de la orilla, provocando la muerte del piloto.
El accidente ocurrió mientras la aeronave realizaba labores de publicidad aérea sobre la costa. Según el relato de testigos presenciales, el motor del aparato comenzó a emitir sonidos irregulares antes de perder altura de forma abrupta. El impacto contra el agua se produjo ante la mirada de miles de bañistas y turistas que disfrutan de la temporada de fin de año.
El Cuerpo de Bomberos de Río de Janeiro (CBMERJ) activó de inmediato un protocolo de emergencia que incluyó:
Despliegue de buzos especializados.
Apoyo de helicópteros de la policía y servicios de rescate.
Acordonamiento de la zona para facilitar las maniobras de recuperación.
A pesar de que los equipos de rescate lograron extraer al piloto de la cabina y trasladarlo de urgencia a un centro médico cercano, las autoridades confirmaron su fallecimiento poco después. La gravedad de los traumatismos y el tiempo de inmersión bajo el agua resultaron fatales.
El Centro de Investigación y Prevención de Accidentes Aeronáuticos (CENIPA) ha tomado el control de la escena para iniciar las investigaciones técnicas. Los expertos se centrarán en dos hipótesis principales:
Falla mecánica: Específicamente en el sistema de arrastre del cartel publicitario.
Factores meteorológicos: El impacto de las rachas de viento costero en la estabilidad de la aeronave ligera.
El hecho ha causado un profundo impacto en la ciudad de Río de Janeiro. Copacabana, considerada uno de los destinos más concurridos del mundo, se encuentra actualmente en su pico de afluencia turística debido a las festividades de cierre de año. Las labores de recuperación de los restos del ultraligero continúan para despejar la zona de baño.
Con información de agencias



