La selección española se tomó la revancha de la goleada del último precedente en Buenos Aires, pasando por encima de la actual subcampeona del mundo, una Argentina que añoró a su líder Leo Messi, obligó a la Roja a pisar nuevos registros en los que desató su pegada con Isco magistral.
La última vez que España recibió a Argentina, para celebrar su centenario, lo hacía en pleno éxtasis camino de un Mundial que conquistó. Las sensaciones que deja un nuevo reencuentro invitan al optimismo, con una afición que rebosa ilusión orgullosa de su selección. Recuperado el ansia por ganar, en una racha sin fin invicta con Julen Lopetegui, cambia de registro según le exige el duelo sin perder eficacia. Y pasa por encima de rivales sea cual sea su nombre.
Ante una selección de tanto sentimiento y casta como Argentina no existen amistosos si no guerras deportivas. Provocó que España se alejase por momentos de sus señas de identidad, rebajase su posesión pero no su pegada con un fútbol más directo. La aparición en el once de dos jugadores como Marco Asensio y Diego Costa daban paso a nuevas variantes. Con las carreras elegantes de Asensio y un 9 menos asociativo pero listo para marcar en la que tuviese.
Perdía la albiceleste a su líder, Leo Messi, que optó por no arriesgar ante sus problemas musculares.No hay un futbolista en el mundo que tenga mayor influencia en un equipo que Leo, el rey del fútbol. Pero Argentina no solo le perdía a él. Sin Agüero ni Di María buscaba una identidad desde el bloque, la unión de sus líneas y un centro del campo poblado para anular a la Roja.
España se exhibió ante Argentina con una paliza histórica (6-1) comandada por Isco con la que presentó su seria candidatura a ganar el Mundial de Rusia, en el que Brasil también tendrá mucho que decir después de vengarse del “Mineirazo” de Alemania tras ganar 0-1 en Berlín.
Los hombres de Julen Lopetegui dieron una lección de fútbol en el estadio Wanda Metropolitano. Argentina, sin Lionel Messi, lesionado, fue avasallado por un equipo que pasó por encima de Argentina, que mostró pocos recursos y fue muy vulnerable. El resultado final, 6-1, iguala los dos peores de su historia (6-1 ante Bolivia en la clasificación para el Mundial de Sudáfrica 2010 y contra Checoslovaquia en el Mundial de Suecia 1958).
Isco, junto a Marco Asensio y una solidez defensiva en la que destacaron Sergio Ramos y Gerard Piqué, no dio opciones a un rival que se marchó al descanso con un 2-1 en contra con un tanto de Diego Costa y otro de Isco, ambos con asistencias de Marco Asensio. La diana de Otamendi fue un espejismo de lo que llegó después.
Con Isco desatado, (hizo el tercero y el sexto y se marchó ovacionado), España sacó los colores de Argentina en una fiesta a la que también se apuntaron Iago Aspas y Thiago Alcantara. El cuadro sudamericano, sin Messi, tiene que hacer un estudio profundo de qué tiene que hacer para sobrevivir sin su figura. España, mientras, rema con firmeza hacia su segundo Mundial. Rusia espera. Con información de EFE