Nicaragua amaneció este viernes paralizada casi en su totalidad debido a un paro nacional en demanda de la renuncia del presidente Daniel Ortega, a quien responsabilizan por una crisis que, según organizaciones humanitarias, ha dejado más de 351 muertos.
Calles desoladas, negocios cerrados, mercados paralizados y terminales de autobuses inusualmente vacías dominaron las primeras horas del paro, con el que los nicaragüenses esperan hacer notar su rechazo a Ortega, que dentro de seis días celebrará el 39 aniversario del triunfo de la Revolución Sandinista.
La protesta pacífica contra el presidente de Nicaragua inició a las 00:00 hora local, en medio de celebraciones con morteros artesanales en diferentes municipios del país y se extenderá por 24 horas.
Una manifestación similar el 14 de junio pasado sirvió para que Ortega permitiera el ingreso a Nicaragua de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Oficina Regional para América Central del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh), tras 11 años de negativa.
En 1979 los nicaragüenses realizaron un paro nacional de varias semanas, que ayudó a derrocar al dictador Anastasio Somoza Debayle. El paro nacional es la segunda de tres grandes manifestaciones de la población de Nicaragua contra Ortega, luego de marchas multitudinarias realizadas el jueves en diferentes ciudades del país y previo a una caravana de automóviles programada para el sábado.
Asesinatos, ejecuciones extrajudiciales, malos tratos, posibles actos de tortura y detenciones arbitrarias cometidos en contra de la población
«Queremos demostrarle al dictador (Ortega) que el pueblo llena las calles y vacía las calles cuando quiera, aunque repriman, amenacen y obliguen a los trabajadores estatales a ser serviles de un dictador», dijo el líder estudiantil Lesther Alemán, en la víspera del paro nacional.
El Gobierno anunció que celebrará el aniversario 39 del «repliegue», una fiesta sandinista anual que conmemora una táctica guerrillera para derrocar a Somoza, para lo cual ha citado a los trabajadores estatales.
La CIDH y la Acnudh han responsabilizado al Gobierno de Ortega por graves violaciones a los derechos humanos en el marco de las protestas que tienen lugar desde abril pasado. La CIDH ha señalado «asesinatos, ejecuciones extrajudiciales, malos tratos, posibles actos de tortura y detenciones arbitrarias cometidos en contra de la población mayoritariamente joven del país», lo que el Gobierno de
Nicaragua rechaza.
Nicaragua atraviesa la crisis sociopolítica más sangrienta de su historia en tiempos de paz y la más cruda desde la década de los años 1980, también con Ortega siendo presidente. Las protestas contra Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, iniciaron el 18 de abril pasado por unas fallidas reformas a la seguridad social y se convirtieron en un reclamo que pide la renuncia del mandatario, después de once años en el poder, con acusaciones de abuso y corrupción en su contra.
EFE