Colapso. Esta es la palabra que utiliza el ingeniero Ricardo Sansone, presidente de Familia Metro, para referirse al futuro inmediato del Metro de Caracas si todo sigue igual.

Más que un accidente, que Sansone descarta porque ante una falla hay un sistema de seguridad que se activa (sistemas redundantes con emergencia y respaldo), el ingeniero teme «un cierre técnico» o «un paro de servicios».

«El Metro de Caracas tiene que cambiarse ya a una gerencia técnica antes de que la ciudad siga sufriendo», especificó.

Según sus cálculos, es irreal pensar que el sistema puede sostenerse con una tarifa de 0,50 bolívares soberanos. Un pasaje realista debe ubicarse en 6,5 bolívares soberanos, puntualizó.

Estos son los números que Familia Metro entregó a la Comisión de Administración y Servicios de la Asamblea Nacional, presidida por la diputada Nora Bracho, durante una reunión celebrada el pasado miércoles.

1) Trabajadores. La nómina era de 11 mil trabajadores y bajó a poco más de 8 mil. «Lo que se le ha ido al Metro de Caracas es el personal técnico», indicó Sansone. No solo por las jubilaciones, sino por la migración. «Tenemos personas ya colocadas en el Metro de Chile, en el Metro de Lima», en ferrocarriles canadienses y otros sistemas. El ingeniero calcula que se han marchado unos 2.200 trabajadores, no solo de la operación, sino de mantenimiento. «Ese personal no se ha recuperado», señaló.

Las consecuencias son «estaciones fallas de personal» y «un usuario en la indefensión porque no hay personal operativo que lo pueda defender». El poco personal de mantenimiento «tiene que atender muchos equipos», razón por la cual «va a llegar un momento en que los equipos van a fallar».

2) Trenes. En la Línea 1 –Propatria-Palo Verde– «la disponibilidad de trenes es de 75%», por lo que «una cuarta parte de los trenes están parados, no están disponibles». Además, hay unidades «que entran mucho a mantenimiento» porque «tienen fallas recurrentes». Eso significa que «no hay una buena gestión del mantenimiento, bien sea por falta de repuestos, por falta de una buena rutina de mantenimiento o porque el mantenimiento está muy atrasado».

En la Línea 2, de 56 trenes, siguen activos entre 22 y 24.

Ricardo Sansone advierte que «estamos llegando a un techo» por el cual «el mantenimiento no podrá dar más».

3) Fallas. «Al año hay unas 9 mil fallas reportadas», estima el ingeniero. Sin embargo, insiste en que lo más importante «es el tiempo de respuesta para repararlas», que cada vez es más largo. «Son 45 a 48 días para reparar una falla tipo B o C», y «para reparar una falla A, que es de menos de 24 horas, se están tomando de tres a cuatro días».