El presidente de Colombia, Iván Duque, anunció este domingo el despliegue de cerca de cinco mil soldados en la convulsa región del Catatumbo, fronteriza con Venezuela, para combatir el narcotráfico y los grupos armados ilegales.
Las tropas buscarán enfrentar «la presencia de terroristas, de grupos organizados (…) que quieren imponerse con la violencia» en la segunda región con más narcocultivos del país, dijo el mandatario en un evento público en el municipio de Ocaña (noreste).
La nueva unidad castrense se sumará a los dos mil policías y militares que fueron movilizados en abril para reforzar a los seis mil efectivos que custodian la región limítrofe con los estados venezolanos de Zulia, Táchira y Apure.
«Son más o menos cinco mil» soldados los que «vienen a combatir los diferentes factores de criminalidad, el narcotráfico, la extorsión y el secuestro» que imperan en la zona, indicó por su parte una fuente del Ejército a la AFP.
El Catatumbo se lo disputan los rebeldes del ELN, disidentes de la desmoviliada guerrilla maoísta EPL, bandas narcotraficantes y contrabandistas, por ser una zona de cultivos de hoja de coca y de salida de cargamentos de droga por Venezuela.
Los enfrentamientos entre estas organizaciones criminales han provocado el desplazamiento de miles de pobladores, así como un alza de homicidios selectivos y secuestros, según las autoridades.
Las relaciones entre Colombia y Venezuela, que comparten una porosa frontera de 2.200 kilómetros, están prácticamente congeladas desde el mandato del expresidente colombiano Juan Manuel Santos (2010-18).
Duque retomó las banderas de presión diplomática contra la «dictadura» de Nicolás Maduro que enarboló su antecesor, en medio de la llegada de miles de venezolanos a Colombia que huyen de la aguda crisis económica en su país.
Colombia, principal productor mundial de cocaína y en vías a superar un conflicto armado de medio siglo, ha reconocido su incapacidad de atender sola al millón de venezolanos que ha entrado a su territorio en los últimos años.
El Gobierno de Venezuela, reacio a reconocer la crisis migratoria, ha acusado a Bogotá de ser parte de un supuesto complot para derrocar a Maduro. Colombia niega con vehemencia esos señalamientos.