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sábado, septiembre 28, 2024

Se dispara la malaria en Venezuela, pero no las alarmas

En apenas cuatro meses, Richard Méndez sintió dos veces “un frío insoportable y dolor muscular”. También tuvo fiebre, dolor de cabeza y vómitos. La primera vez dudaba de lo que padecía; pero sin ser médico, y por lo que escuchaba constantemente en Ciudad Bolívar, ya sabía más o menos qué enfermedad saldría en los resultados: paludismo, una afección que se incrementa cada día más en Venezuela.

En 2017, la Organización Mundial de la Salud (OMS) observó un aumento del paludismo o malaria en las Américas, principalmente en Brasil, Nicaragua y Venezuela. La OMS calculó 773.500 casos en esta región y dijo que el 53 % sucedieron en el país vecino, seguido por Brasil (22 %), Colombia (8 %) y Perú (7 %). También indicó que los demás continentes, excepto América, registraron reducciones en la mortalidad en ese mismo año y que en la nación suramericana es donde más aumentaron las muertes por malaria.

De acuerdo con el Centro de Estudios sobre Malaria, que forma parte del Instituto de Altos Estudios en Salud adscrito al Ministerio de Salud, hay 150 muertes por malaria en los últimos años, pero el centro indica que la cifra podría llegar a 1.500 personas a finales de 2018. “En 1950, Venezuela era el país que más había progresado durante la primera campaña de erradicación del paludismo en varias áreas del país. Ahora, probablemente, esa enfermedad afecte a casi medio millón de personas por año. Lo que significa el incremento más fuerte que se reporta en todo el mundo”, dijo Pedro Alonso, director del Programa Mundial sobre Malaria de la OMS, en abril.

El último informe de esa organización dice que en 2017 se registraron 411.000 casos en Venezuela con 84 % de incidencias, en comparación al 2016. “Hay que sumarles los pacientes que tuvieron recaídas o los que tuvieron fallas de tratamiento, y esas cifras no las tenemos porque el Gobierno no las publica, pero estimamos que hay entre 800.000 y un millón de casos en el país”, aseguró el médico Julio Castro, profesor del Instituto de Medicina Tropical de la Universidad Central de Venezuela (UCV).

En 1961, el país petrolero fue registrado por la OMS como territorio con un 75 % de control de la malaria, siendo el primero del continente americano en lograr tal hazaña. España, Holanda y hasta Estados Unidos lo lograron años después. Sin embargo, aseguran Castro y el Observatorio Venezolano de la Salud (OVS) que la enfermedad no se ha erradicado por completo, pues al ser un país tropical, siempre va a existir. Lo cierto es que la malaria está llegando a lugares donde ya se había eliminado, pues comúnmente se presentaba en zonas mineras del país, al sur.

“Antes quienes entraban a las minas eran los que se enfermaban con paludismo. Pero llegaban a un centro hospitalario, cumplían con su tratamiento, el período de recuperación y ya”, aseguró Richard Méndez, ingeniero de minas y habitante de Bolívar, quien tuvo malaria en dos oportunidades. El principal estado afectado por esta enfermedad, con el 41 % de los casos en Venezuela.

De acuerdo con el doctor Castro, los reportes en el país suramericano vienen doblando sus números cada año desde el 2013. “En los años 80 y 90, había un promedio entre los mil y dos mil al año. Ahora pasamos a 400.000 desde 1998 hasta ahora”, indicó el infectólogo y médico internista.

En el pasado solo se presentaban casos principalmente en Bolívar, pero en la actualidad y según el OVS, la enfermedad está en otros siete estados como Amazonas, Anzoátegui, Delta Amacuro, Miranda, Monagas y Sucre, al sureste. Además de Mérida, al oeste de Venezuela.

¿A qué se debe el incremento?

“Tengo tiempo que no veo fumigaciones ni en las minas, ni en las ciudades y menos en los centros poblados. El Ministerio de Salud antes enviaba una comisión a fumigar a las minas y así controlaba el vector transmisor que era el mosquito. (…) “Las fumigaciones las hacían antes de que comenzaran y luego de que terminaran la temporada de lluvia en toda Bolívar”, aseguró Méndez, quien vive en la capital de ese estado.

La crisis económica, política y social que vive Venezuela es el principal factor que afecta el incremento de la malaria y de otras enfermedades en ese país, según especialistas. Las zonas mineras son ricas por tradición y muchos buscan sobrevivir en ellas. Un minero de la zona le dijo a El Espectador que un kilo de oro puede valer US$30.000 y un kilo de diamante, depende del tipo, US$230.000. Sin embargo, Luis López, exministro de Salud destituido por Nicolás Maduro este año, indicó que los casos de malaria en el país disminuyeron en un 50 % en 2018. Lo que contrasta con el dato de la OMS, que expresa que casi la mitad de la población venezolana está en riesgo de contraer esta enfermedad.

“Es un problema relacionado con el movimiento humano, con la zona donde hay transmisión activa de malaria y la capacidad del Estado para controlarla. (…) Se tiene que hacer control de vectores, vigilar la movilización, regular el asunto de la excavación. Mejorar las condiciones en el país, para evitar que la gente vaya desesperada a las minerías tratando de buscar una mejor condición de vida”, aseguró.

Además, según la OMS, Venezuela es el tercer país de América Latinaque menos invierte en la lucha contra el paludismo, con menos de US$ 2 por persona. “En Venezuela, en términos generales, siempre ha habido dos parásitos diferentes, plasmodium anopheles y plasmodium vivax. (…) (Y su incremento) no es un problema biológico del parásito, eso es un problema del manejo gubernamental de la enfermedad. No es justo decir que la malaria está descontrolada porque el parásito es diferente”, aseguró Castro.

Prevención y tratamiento en Venezuela

“Nos prevenimos de no ser picados, a través de lo que escuchamos en los programos de radio que dan consejos de como evitar la cría de zancudos, más nada. Aquí no hay fumigación de ningún tipo”, dijo Richard Méndez, vecino del estado Bolívar.

De acuerdo con los especialistas, esta enfermedad solo se puede tratar con antimaláricos que no son comercializados en farmacias; sino únicamente distribuidos por el Estado, como ocurre en Bolívar, pues en esa región los que tratan la enfermedad son los módulos de salud del Gobierno, en donde ofrecen el tratamiento gratuito.

Sin embargo, aseguran los expertos que, ante la situación que vive Venezuela, la solución no es atender el paludismo con pastillas, sino controlarla para evitar que sigan aumentando los casos de esta enfermedad en el país para no continuar perdiendo la lucha contra la malaria.

 

elespectador.com

Jesús David Oca
Jesús David Oca
Periodista, técnico en producción de medios, redactor y blogger venezolano. Amante de la literatura, música, curiosidades y la cultura.
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