La Fiscalía de Bulgaria ha acusado de espiar para Rusia a un exdiputado socialista y actual presidente de una ONG que busca promover los lazos entre Moscú y Sofía.
El fiscal general de Bulgaria, Sotir Tsatsarov, declaró en una rueda de prensa en Sofía que el presidente del Movimiento Nacional Rusófilo, Nikolay Malinov, había espiado para dos asociaciones rusas vinculadas con un antiguo general del KGB, los servicios secretos soviéticos.
Malinov fue detenido ayer y hoy ha sido puesto en libertad bajo fianza de 25.000 euros, con la prohibición de abandonar el país.
El Movimiento Nacional Rusófilo se creó en 2003, según sus propios datos cuenta con unos 35.000 miembros y tiene como objetivo profundizar la amistad entre Bulgaria y Rusia.
«Además de espionaje a favor de otro país, Malinov está acusado de organizar una red delictiva de lavado de dinero y financiación de varias actividades en Bulgaria a favor de organizaciones extranjeras que tienen ciertos intereses en la vida política de Bulgaria», expuso Tsatsarov.
La agencia de noticias ClubZ sostiene que en el pasado Malinov no ocultó sus estrechas relaciones con el oligarca ruso Konstantín Malofeyev, cercano al presidente ruso, Vladímir Putin, e incluido en la lista de sanciones de la Unión Europea y Estados Unidos por su supuesto apoyo financiero a los separatistas prorrusos en Ucrania.
EFE
