La propuesta del Gobierno de Chile de que sean los actuales parlamentarios los que redacten una nueva Constitución generó este lunes el rechazo de la oposición, que pidió un mecanismo más participativo cuando el estallido social entra en su cuarta semana.
El anuncio lo hizo la noche del domingo el ministro del Interior, Gonzalo Blumel, en una improvisada rueda de prensa y tras mantener una larga reunión en la residencia del presidente con otros miembros del Gobierno y parlamentarios de la coalición oficialista «Chile Vamos».
«Hemos acordado iniciar el camino para avanzar hacia una nueva Constitución. Entendemos que es un trabajo que lo tenemos que hacer pensando en el país», indicó Blumel, quien explicó que el plan es que los parlamentarios se reúnan con «todos los sectores» para elaborar el texto y que este se vote luego en un plebiscito.
Aprobada en 1980 en un cuestionado referéndum y en plena dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), la Carta Magna chilena ha sido reformada más de 40 veces, pero sigue siendo foco de críticas por su espíritu neoliberal y por haber favorecido la iniciativa privada en temas esenciales como la salud, la educación o las pensiones.
EFE