El expresidente Luiz Inácio Lula da Silva arremetió con virulencia ni bien salió de la cárcel contra el gobierno ultraderechista de Jair Bolsonaro, proyectándose como líder de una oposición que había quedado silenciada desde las últimas elecciones en Brasil.
«Estoy de vuelta», lanzó el sábado Lula ante miles de seguidores con quienes se reencontró en un acto a las afueras de Sao Paulo, menos de 24 horas después de ser liberado, reseñó AFP.
Con una energía retenida por 580 días de reclusión, Lula, de 74 años, desafió a Bolsonaro, quien había prometido durante la campaña que el líder del Partido de los Trabajadores (PT, izquierda) «se pudriría en la cárcel», y se mostró decidido a ocupar la vacante de principal opositor.
Hasta ahora, el PT, en una fase de estancamiento político, parecía tener «prácticamente un único lema»: la liberación del exsindicalista, explicó Sylvio Costa, fundador de Congreso en Foco, portal especializado en análisis sobre el Congreso.
«El cacique petista se muestra dispuesto a usar su versión más mesiánica en el esfuerzo de despertar una oposición de izquierda carente de ideas y liderazgo», resumió en su editorial del lunes el diario Folha de S. Paulo.
Chile como ejemplo
«Lula decidió hacer su reaparición en el palco político nacional con un discurso radical, izquierdista y de confrontación abierta con Bolsonaro», señala la consultora MCM. Ese discurso apunta a «energetizar a la militancia petista y a la izquierda y a dirigirse al pueblo y la clase media baja.
A aquellos que dieron la espalda al petismo y votaron por Bolsonaro» en la segunda vuelta de octubre pasado, cuando el exmilitar derrotó a Fernando Haddad, el candidato designado por Lula, por una diferencia de diez puntos, agrega.
El Lula orador empezará rápidamente a recorrer el país para retomar el contacto con la población y el domingo asistirá a un evento que se prevé masivo en Recife, capital de su estado natal Pernambuco (noreste).
¿Cuál será la respuesta de Bolsonaro y su gobierno? Una pista la dio el domingo el general (retirado) Augusto Heleno, ministro de Seguridad Institucional, considerado como la eminencia gris del Ejecutivo.
«Lula, en su discurso, muestra quién es y lo que desea para el país. Incita a la violencia -cita al pueblo de Chile como ejemplo-, agrede a varias instituciones, ofende al presidente y muestra su total desconocimiento sobre la carrera militar», escribió Heleno.
En el acto del sábado, Lula expresó su «solidaridad» con los gobiernos de izquierda de Sudamérica y elogió «como un ejemplo de resistencia» la movilización de los chilenos contra el presidente conservador Sebastián Piñera, como advertencia a Bolsonaro.
Buena parte de sus críticas tuvieron por blanco las políticas de austeridad y las privatizaciones impulsadas por el ministro de Economía, Paulo Guedes. Lula, que aún goza de gran popularidad entre los sectores más pobres gracias sus ambiciosos planes sociales durante los años de bonanza de su gobierno (2003-2010), citó las cifras alarmantes por el aumento de la pobreza y la precariedad en Brasil. «La situación de la economía puede decidir el choque ya anunciado entre el petismo y el bolsonarismo en (las elecciones de) 2022», sostiene MCM.
Combate judicial
Lula, sin embargo, podría moderar su discurso para tratar de ampliar su base y actuar como fuerza unificadora, según Sylvio Costa. «En un primer momento, quiso dar un discurso encendido para complacer a sus militantes, pero creo que pronto veremos a Lula más pragmático, ansioso por sacar al PT de su aislamiento en el seno de la oposición», estimó.
Varias figuras de izquierda radical estuvieron a su lado cuando salió de la cárcel, pero no había ningún representante de la centro-izquierda como Ciro Gomes, quien quedó tercero en las elecciones de hace un año.
El excandidato se distanció constantemente de Lula y nunca lo fue a visitar a la cárcel. El expresidente tiene otro problema importante ante una eventual candidatura en 2022: fue inhabilitado en agosto de 2018, en el marco de la ley «Ficha limpia» que prohíbe que personas condenadas en segunda instancia se presenten a elecciones. Esta situación, sin embargo, podría ser revertida si la corte suprema anula la condena en su contra por corrupción y lavado de activos que lo envió tras las rejas. Su batalla política también será en los tribunales.