En esta oportunidad el equipo de El Luchador consultó a la doctora Ixora Requena acerca de la importancia del sueño para el deportista ya que es muy “importante tanto la preparación como el descanso del entrenamiento se ha sugerido una mayor necesidad de sueño en deportistas para permitir una adecuada recuperación y adaptación entre sesiones de ejercicio, estableciéndose ésta entre 9-10 horas de sueño”.
Explicó la galeno que el sueño podría ser definido como un estado de reposo físico y mental en el que una persona atraviesa por un estado relativamente inactivo e inconsciente asociado a procesos de recuperación, interviniendo en numerosas funciones biológicas, en adultos, las recomendaciones van de 7-9 horas de sueño por noche.
Requena señala que están descritos algunos factores internos y externos que pueden afectar negativamente el sueño en atletas. Entre ellos:
1. Los Eventos deportivos a última hora del día. Tras las competiciones se desarrollan diferentes actividades (tratamiento médico, atención a medios de comunicación y prensa, recuperación posterior al partido) que hacen que el deportista tienda a dormir tarde y con una elevada excitación que acorta sus horas efectivas de sueño. Igualmente, otros estudios han mostrado menor cantidad de horas de sueño en aquellos deportistas cuyos entrenamientos comenzaban temprano en la mañana siguiente.
2. Estrés psicosocial. Entre los estresores psicosociales que pueden interferir con el sueño del deportista destacan el bajo rendimiento, estrés competitivo, redes sociales, entre otros. El estrés y la ansiedad influyen negativamente en el comportamiento de sueño y, en consecuencia, los deportistas son susceptibles a experimentar perturbaciones en el sueño antes de la competición.
3. El uso de estos dispositivos electrónicos antes de dormir se ha asociado con peor calidad de sueño, pérdida de sueño y aumento de la fatiga diurna. Se ha visto que la emisión de luz brillante, como la emitida por los dispositivos móviles, puede interferir en los ritmos circadianos y reducir la producción de melatonina hasta en un 22% en 2h, lo que aumenta el estado de alerta y perturba el sueño. El efecto puede ser mayor cuando se combina con el uso de las redes sociales, aumentando el estado de estimulación y excitación emocional.
4. Viajes para competir. Los deportistas que viajan pueden tener factores adicionales como cambios en la zona horaria, entornos desconocidos (dormitorio, cama…), altitud, el propio estrés del viaje o el ruido. Los viajes regulares son comunes en los deportistas de élite, ya sean nacionales o, en muchas ocasiones, internacionales a través de diferentes zonas horarias. Mientras que los primeros no parecen afectar mucho al sueño y la recuperación, los viajes de largas distancias han mostrado claros efectos negativos sobre el sueño.
5. La cafeína es una de las pocas ayudas ergogénicas con evidencia contrastada sobre la mejora del rendimiento deportivo. Sin embargo, dada su acción central sobre los receptores de adenosina, aumenta el estado de vigilia en aquellas personas respondedoras, lo que puede, por tanto, interferir en el sueño.
6. Ingesta de alcohol. El alcohol puede ser “usado” como medio de socialización post partido pudiendo causar un problema en el sueño de los deportistas que lo consumen. Mientras que los efectos iniciales del alcohol son sedantes y, algunas veces se cree que es útil para dormir, una vez metabolizado puede tener un efecto perturbador significativo en el sueño.
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