Como cada tercer domingo de julio, hoy se celebra en Venezuela el Día del niño. Este día por tradición ha sido sinónimo de grandes eventos para los más pequeños, sin embargo, este año el festín fue atípico dado el escenario que se vive por el Coronavirus y, de acuerdo a algunos bolivarenses, por la grave situación económica que atraviesan.
Como siempre, el ingenio de padres y madres de la ciudad se hizo presente para marcar la pauta y regalar a los pequeños la mejor de las celebraciones.
Tal es el caso de la familia Rodríguez en Los Próceres, quienes no pudieron ir nisiquiera al parque por no contar con recursos económicos y decidieron homenajear a hijos y nietos con mensajes en programas de radio y una «perro calentada».
«La idea era hacer sentir bien a los muchachos, después de todos ellos también han sido afectados por esta situación de cuarentena, al estar encerrados en casa estudiando sin salir siquiera a jugar con sus amiguitos; además, la situación económica que estamos pasando también influye. No podemos llevarlos nisiquiera a comer un helado porque es mucho dinero y son seis niños.
Decidimos entre todos unir fuerzas y hacer un día de piscina en casa, perros calientes, colocamos el radio a todo volumen y los mandamos a felicitar en vivo. La emoción de nuestros hijos y nietos era especial, logramos el objetivo. Los hacemos felices, que es la misión de nosotros cómo padres y abuelos. Pasamos un día diferente en familia y nos olvidamos por un rato de crisis y de enfermedades», señaló la señora Luisa Rodríguez.
En la casa de los González el objetivo era el mismo: hacer feliz al más pequeño de la casa pero sin correr riesgo y sin salirse del presupuesto.
«Dejamos al chamo dormir hasta muy tarde y cuando se levante tendrá lista su comida favorita, luego jugaremos baloncesto con un aro que improvisé, junto a otros niños y pasaremos una tarde perfecta», detalló el señor Carlos.
Para la señora Sheila es todo un reto festejar con sus cuatro hijos. «Yo soy sola con ellos y siempre los llevo, humildemente, para algún lado pero este año ni para eso tenía, además, que aunque hay flexibilización, me da miedo porque el COVID-19 no se para porque haya un break para poder salir. Pero, a nadie la falta Dios y ayer me salió un trabajito, lo hice y hoy prepararé un arroz chino y aprovechando que hasta nos llegó algo de agua, llenaré una piscina inflable que tenía guardada y a disfrutar».
Pese a los diferentes escenarios que asechan a los venezolanos tanto por la pandemia como por el tema económico, una vez más, los bolivarenses dan ejemplo al demostrar que no hay obstáculos cuando se trata de hacer lo necesario por la familia y dejan claro la vigencia de aquel refrán popular que dice, «al mal tiempo buena cara».
«Es que por los hijos se hace todo y más. Así como hay que honrar al padre y a la madre, nosotros debemos honrarlos a ellos haciéndolos felices y protegiéndolos de todo el caos que vive el mundo. Ellos son solo niños y deben ser felices para que sean adultos fuertes, sin traumas. Vivan los niños». (Redacción/GB)
