El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, se dirigió a los presidentes de las federaciones miembro a través de una carta en la que subrayó su voluntad de cooperar «sin reservas» con la justicia, a raíz del proceso penal iniciado por un fiscal federal extraordinario de Suiza.
En el texto, al que tuvo acceso EFE, Infantino expresó su deseo de explicar «de una forma clara y precisa» la situación que llevó el pasado jueves a un Fiscal Federal Extraordinario de Suiza a iniciar un proceso penal en relación con ciertos encuentros que él mantuvo, en calidad de presidente de la FIFA, con el Fiscal General de Suiza Michael Lauber.
«Como saben, en el momento en que fui elegido Presidente de la FIFA en 2016, gracias a todos ustedes, nuestra organización, que es también la suya, se encontraba en una situación lamentable. Por aquel entonces, la FIFA estaba involucrada como parte perjudicada en más de 20 procedimientos judiciales solamente en Suiza, y corría el riesgo de ser declarada como organización delictiva por las autoridades de los Estados Unidos. En estas circunstancias, una de mis principales prioridades, responsabilidades fiduciarias y obligaciones morales para con ustedes, que confiaron en mi para cumplir esta misión, fue lógicamente recobrar la confianza pública en nuestra institución lo antes posible», expuso Infantino.
El presidente de la FIFA insistió en que «este es el contexto en el que se deben enmarcar las reuniones» que mantuvo con el Fiscal General de Suiza.
«Estas reuniones no fueron secretas y de ningún modo ilegales. En particular, acudí a estas reuniones con la máxima autoridad jurídica del país para ofrecerle nuestro apoyo y asistencia en relación con las investigaciones en curso, ya que la FIFA es parte interesada y perjudicada de dichas pesquisas. Seguimos confiando y decididos a conseguir que quienes hayan cometido actos delictivos en perjuicio de la FIFA acaben pagando por sus actos», señaló.
Infantino afirmó en la carta que asistió a dichas reuniones, «cuya logística organizó la Oficina del Fiscal General, de buena fe y como representante de la FIFA, y con el fin de aprovechar la oportunidad para describir los drásticos cambios que se habían producido en la FIFA en términos de gobernanza corporativa». «Obviamente, queda muy claro que nada de lo más remotamente ilegal haya o pudiese haber sucedido, durante dichas reuniones. Resulta absurdo siquiera plantearlo», recalcó.
Para Infantino, «es evidente que el mero hecho de reunirse con un Fiscal del Estado debería ser la mayor garantía de la legitimidad de los encuentros». «Especialmente cuando se trata de la máxima autoridad jurídica del país. Si hubiera la más mínima sospecha de delito, un fiscal intervendría inmediatamente para evitarlo, como dicta su deber profesional y jurídico», apuntó.
EFE/Unión Radio