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sábado, noviembre 16, 2024

La salud empieza en el intestino

Cuando se habla de Microbiota, se habla de uno de los principales factores que deberías tener en regla para el bienestar de tu salud. La página web Mujerhoy lo describe como un ejército de millones de microorganismos que conviven contigo en tu intestino grueso.  

Este pequeño ejército de microorganismo más los que habitan en nuestra piel, boca y sistema respiratorio suman billones de estos, la menor cantidad lo representan virus y hongos. “Podría decirse que somos mitad humanos, mitad bacterias”, dice bromeando el profesor Ignacio López-Goñi, doctor en Biología, catedrático de Microbiología de la Universidad de Navarra, autor de Microbiota. Los microbios de tu organismo (Editorial Almuzara) y creador del blog microBIO.

Lo más conveniente es llevarse bien con muchos de esos microbios, ya que son esenciales para nuestra salud: ayudan a que nuestros sistemas inmunitario y digestivo y a que nuestro metabolismo funcione como es debido. “En cambio, un desequilibrio entre nuestros microbios y nuestras células (lo que se conoce como disbiosis) se relaciona con un mayor riesgo de padecer muchas enfermedades”, advierte el experto.

A continuación, repasamos con este experto los principales riesgos o enfermedades que la ciencia ha relacionado con la disbiosis.

  • Enfermedades autoinmunes y alérgicas: Una de las funciones más importantes de nuestra microbiota es protegernos frente a la colonización de microorganismos patógenos y estimular las defensas. Por eso, cambios negativos en la composición bacteriana intestinal pueden aumentar las probabilidades de que desarrollemos ciertas enfermedades infecciosas.
  • Obesidad: Los cambios en la dieta afectan mucho a la composición y cantidad de microbios intestinales. A la vez, nuestra composición microbiana intestinal influye en el metabolismo y en cómo digerimos y almacenamos los nutrientes. Varios estudios con gemelos idénticos (que tienen los mismos genes) lo han demostrado. Cuando, en una investigación transfirieron la microbiota de un gemelo obeso a ratones de laboratorio, estos ganaron más peso que los ratones que recibieron la microbiota del gemelo delgado… aunque habían sido alimentados igual.
  • Enfermedades intestinales: Diferentes investigaciones han comprobado que la disbiosis intestinal favorece el síndrome del intestino irritable, la enfermedad inflamatoria intestinal y la enfermedad de Crohn. La hinchazón, los retortijones y el dolor típicos de esas dolencias se deben al desequilibrio bacteriano intestinal que favorece la producción de gases.
  • Enfermedades cardiovasculares: El microbioma intestinal influye en los niveles de colesterol y triglicéridos. Algunos microbios intestinales producen sustancias como el TMAO (óxido de D-trimetilamina), que contribuyen al bloqueo arterial y favorecen los ataques cardiacos.
  • Diabetes: Una microbiota intestinal sana ayuda a controlar los niveles de glucosa (azúcar) en sangre y a reducir el riesgo de sufrir diabetes tipo 1 (una enfermedad autoinmune que debuta temprano en la vida y que requiere inyecciones diarias de insulina) y de diabetes tipo 2 (una enfermedad metabólica más asociada a la dieta y el estilo de vida). También se ha comprobado que el abuso de antibióticos en los primeros meses de vida aumenta la incidencia de diabetes tipo 1 en niños. Otros estudios relacionan la diabetes tipo 2 con una menor abundancia de microbios productores de butirato (una fuente de energía para las células del colon) y un aumento de bacterias y patógenos oportunistas.
  • Depresión: Algunas especies de bacterias intestinales producen sustancias neuromoduladoras y neurotransmisoras como la serotonina y la noradrenalina. Son sustancias relacionadas con el estrés y con procesos como la depresión y la ansiedad. Además, el intestino está conectado con el cerebro a través de millones de nervios. Diferentes estudios han comprobado que personas con ansiedad, depresión, trastorno bipolar o esquizofrenia tienen una composición bacteriana intestinal diferente a la de las personas sanas. Otros estudios relacionan la disbiosis con un mayor riesgo de enfermedades como el Alzheimer.
  • Cáncer: Cada vez hay más datos que relacionan la composición microbiana intestinal con algunos tipos de cáncer. Se sabe que la disbiosis puede favorecer el desarrollo de tumores cancerosos a través de la liberación de sustancias tóxicas bacterianas causantes de daños en el ADN celular. Otros estudios sugieren que la composición de la microbiota influye en la eficacia de algunas terapias anticáncer y en diferentes efectos secundarios adversos.

Dicho esto, solo se puede entender una cosa: una mayor riqueza y diversidad de especies bacterianas en el intestino se relaciona con una mejor salud. Ten presente que el control de estas cantidades y su diversidad influyen en la prevención de enfermedades, tanto físicas como mentales.

Redacción E/A

Jesús David Oca
Jesús David Oca
Periodista, técnico en producción de medios, redactor y blogger venezolano. Amante de la literatura, música, curiosidades y la cultura.
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