El gobierno de Colombia anunció este lunes el envío de 300 militares a la frontera con Venezuela tras la muerte de cinco soldados en un ataque rebelde que, según autoridades, fue planificado desde territorio venezolano.
Los uniformados murieron el sábado, cuando rebeldes del ELN y de un grupo disidente del acuerdo de paz con las FARC los atacaron con explosivos, ráfagas de fusil y ametralladora en el departamento de Arauca (este), donde hay decenas de cruces irregulares que conectan a ambos países.
«Se refuerza la presencia de 300 hombres adicionales de nuestro Ejército Nacional con el fin de proteger esos puntos de cruce en la frontera», aseguró el ministro de Defensa, Diego Molano, en una rueda prensa.
El presidente Iván Duque aseguró que el ataque fue «planificado desde Venezuela» por el Ejército de Liberación Nacional (ELN), última guerrilla reconocida del país, en alianza con disidentes.
Caracas, a través de su ministro de Defensa, Vladimir Padrino, negó el señalamiento en varios tuits.
El viernes el Ejército colombiano había anunciado que dos uniformados fueron secuestrados en Arauca, al igual que un coronel de la institución que se encuentra en poder de los disidentes desde abril y que de acuerdo a las autoridades está en Venezuela.
Sin un mando unificado, las disidencias de las FARC suman unos 2.500 militantes y se financian principalmente con el narcotráfico, la minería ilegal y la extorsión, según inteligencia militar.
El país vive un rebrote de violencia a pesar del desarme de la que fuera la guerrilla más poderosa del continente.
Sin relaciones desde 2019, Colombia y Venezuela comparten una porosa frontera de 2.200 kilómetros.
Bogotá ha acusado en reiteradas ocasiones al gobierno venezolano de dar refugio a rebeldes disidentes de las FARC y guerrilleros del ELN, lo que Caracas niega.
Maduro, por su parte, suele involucrar a Duque en constantes denuncias sobre planes de golpe de Estado y magnicidio en su país.
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