El Fondo Monetario Internacional (FMI) proyecta que al cierre de 2021, Venezuela podría tener una hiperinflación de 2.700%, ubicándose en la cúspide del ranking de los países con más elevada inflación. La nación que se le acerca es Sudán con 115%, lo que representa que la inflación anualizada del país es 24 veces superior.
Economistas apuntan que la causa principal es que el Gobierno ha repetido la misma receta por 46 meses. Para cubrir el elevado déficit fiscal que existe en el Estado, equivalente al 10% del Producto Interno Bruto (PIB), unos 5000 millones de dólares, aproximadamente. Nicolás Maduro acude al Banco Central de Venezuela (BCV) y este emite dinero inorgánico sin respaldo en las reservas internacionales, para que así Pdvsa, los ministerios e instituciones estatales puedan cubrir sus gastos.
Dilio Hernández, economista, informó que aunque mes a mes, tanto el BCV como el Observatorio Venezolano de Finanzas de la Asamblea Nacional 2015 vienen registrando una desaceleración de la inflación intermensual, ubicándola el ente emisor en 7,1% en septiembre y el parlamento en 9,7%, es muy probable que a partir de la segunda quincena de octubre esa inflación se dispare, porque habrá más dinero circulando en la calle producto del pago de prestaciones sociales de fin de año, y porque se avecina un proceso electoral y el Gobierno aplica un control social emitiendo bonos vía carnet de la Patria.
El economista, José Toro Hardy, explicó que Venezuela nunca saldrá de la hiperinflación mientras tengamos una economía donde la masa monetaria, que es el dinero circulante en manos del público, sea mayor a la cantidad de bienes y servicios que se producen. “Si quisiéramos detener la inflación tenemos que tener una economía equilibrada. En ninguna economía del mundo los bancos centrales estarían dispuestos a financiar el déficit fiscal”, resaltó al comunicar que hoy la hiperinflación de la nación es la segunda más longeva de la historia mundial, superando a Grecia que duró 44 meses y aproximándose a Nicaragua que duró 63 meses o cinco años.
Según explicó el director del Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas-FVM), Oscar Meza, el proceso de inflación elevado en Venezuela se viene registrando desde junio 2015, cuando la inflación pasó de 12% a 26,5% en tan sólo un mes. “En enero de 2019 tuvo un pico de 185.970%, ahora la inflación anualizada que nosotros calculamos en Cendas se ubica en 1.275,1%, hay una desaceleración porque los precios de los productos están dolarizados”, apuntó. Pero resaltó que hoy la economía está totalmente achicada, representando un quinto de lo que era en 1998.
Mencionó que la hiperinflación ha hecho estragos en el poder adquisitivo de los venezolanos. “El salario mínimo hace 46 años era equivalente a 104 dólares con 65 centavos, unos 450 bolívares. En la actualidad, el salario mínimo que está en siete millones de bolívares tan sólo representan 1.69 centavos de dólar, es decir, él ya no es referencia”, expresó.
Reveló que una persona necesita actualmente 350 dólares al mes para cubrir el costo de la canasta alimentaria, que son 60 productos y requeriría 700 dólares mensuales para cubrir la canasta básica.
Según la Encuesta Condiciones de Vida, desarrollada por la UCV, UCAB y Universidad Simón Bolívar, el 94,5% de la población es pobre de ingreso, es decir, no tiene opción a adquirir la canasta alimentaria.
Dólar sin variación
Óscar Meza comentó que durante el último mes, el dólar se ha mantenido relativamente estable en el monto de los cuatro bolívares, a excepción del día viernes 1 de octubre, que ante la incertidumbre del black out bancario por la reconversión, el tipo de cambio se disparó en un día a 5.05 bolívares.
Sin embargo, afirma que por la intervención del Banco Central de Venezuela (BCV), en el mercado cambiario inyectando divisas que son parte de las reservas internacionales en los bancos comerciales, el precio del dólar se volvió a estancar en 4 bolívares.
El día lunes 4 de octubre, el BCV inyectó 50 millones de dólares en las mesas de cambio y al día siguiente un monto simular.
Efectos nocivos
El principal efecto de la hiperinflación es el empobrecimiento. Los precios de los alimentos no han dejado de aumentar.
En septiembre, antes de la reconversión monetaria, los alimentos aumentaron 12,6%, según el Cendas.
Óscar Meza, PHD en economía, informó que en los primeros nueve meses del año los precios de la canasta básica subieron 370%, y estima que al finalizar el año ese incremento sea de 1.275,1%. Esta realidad hace que Venezuela integre la lista de los países con mayor inseguridad alimentaria, según la ONU.
Un estudio de la Comisión para los Derechos Humanos del Estado Zulia (Codhez), señala que en el estado Lara el 45% de los hogares depende de la ayuda de familiares en el exterior para poder alimentarse. El 76% de los habitantes dejaron de desayunar, almorzar o cenar al menos una vez a la semana, y el 58% de los hogares sobrepasó el umbral de adaptaciones negativas extremas, mientras que 16% presentó inseguridad alimentaria.
Las adaptaciones negativas van desde consumir alimentos menos preferidos o más baratos, mandar a algún niño del hogar a comer a otra casa, gastar parte de los ahorros en alimentos, dejar de hacer una comida diaria, vender o intercambiar bienes personales para comprar comida o disminu inflación del mundo ir el consumo de las comidas.
Las personas en el estado basan su alimentación en cereales, como arepa, pasta, pan, arroz, harinas de maíz o trigo. El 79% de los ciudadanos consultados afirmó que alguna vez en la semana podían comer carnes, incluyendo vísceras, y de vegetales el 86% dijo que sólo consumía tomate, cebolla y lechuga.
Por Ana Uzcátegui | LA PRENSA DE LARA